El árbol y el columpio mágico



Había una vez, en un hermoso bosque, un árbol llamado Tito que anhelaba ser útil y traer alegría a los niños del lugar. Un día, una fuerte ráfaga de viento llevó hasta él un columpio roto que ya nadie quería. Tito decidió que sería el lugar perfecto para ayudar a los niños a divertirse. Con mucha determinación y esfuerzo, el árbol consiguió arreglar el columpio, convirtiéndolo en un magnífico columpio mágico.

Un día, una niña llamada Lara paseaba por el bosque, triste porque no tenía amigos con quienes jugar. Tito, al verla, decidió ayudarla. -Hola, pequeña. ¿Te gustaría subirte a mi nuevo columpio mágico? - le preguntó el árbol con entusiasmo. -¿Columpio mágico? No creo que exista algo así -respondió la niña con escepticismo. Sin embargo, decidió probarlo. Al subirse al columpio, Lara sintió una sensación diferente, como si la naturaleza misma estuviera bailando a su alrededor. La niña rió y gritó de emoción, disfrutando de una alegría que nunca antes había experimentado.

Poco a poco, más niños del bosque se acercaron al árbol Tito y al columpio mágico, y entre risas y diversión, se formó un lazo de amistad entre ellos. Los niños aprendieron a cuidar el bosque y a respetar la naturaleza, mientras que Tito descubrió que su deseo de ser útil se había cumplido al traer tanta alegría a los pequeños. Juntos, vivieron innumerables aventuras y se prometieron cuidarse y protegerse mutuamente. Y así, el bosque se llenó de risas y amistad, gracias al árbol Tito y su fabuloso columpio mágico.

FIN.

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