El árbol y el leñador



En un hermoso bosque, junto a un río cristalino, vivía un árbol muy grande y frondoso llamado Don Roble. Este árbol era el hogar de muchos animales y brindaba sombra y hogar a aves y pequeñas criaturas.

Un día, un leñador llamado Juan llegó al bosque con la intención de cortar el árbol para vender su madera. Armado con un machete, se acercó al robusto tronco del árbol y comenzó a golpearlo con todas sus fuerzas.

"¡No puedes cortarme! ¡Soy un ser vivo, tengo familia y amigos que dependen de mí!" -exclamó Don Roble. Pero Juan no quería escuchar, estaba decidido a cortar el árbol y no pararía hasta lograrlo.

El árbol, viendo que sus súplicas no eran escuchadas, decidió buscar una solución. Así, se valió de su sabiduría y decidió hablar con Juan. "Por favor, escúchame.

Comprendo que necesitas la madera, pero ¿has considerado otras alternativas? Podrías buscar madera de árboles que no alberguen vida, o trabajar en la reforestación para compensar tu labor. Hay maneras de satisfacer tus necesidades sin dañar a seres vivos como yo", le explicó con ternura. Sorprendido por la voz del árbol, Juan reflexionó sobre sus acciones.

Decidió detenerse y escuchar al árbol, dándole la oportunidad de proponer soluciones. Juntos, trabajaron en reforestar otras áreas y buscar fuentes sostenibles de madera, protegiendo así el ecosistema.

Los animales del bosque, al ver la voluntad de cambiar de Juan, se unieron a ellos en esta noble causa. Al final, Don Roble y Juan se convirtieron en amigos y trabajaron juntos para preservar el bosque. Desde entonces, el árbol y el leñador mostraron cómo la empatía y la colaboración pueden conducir a soluciones beneficiosas para todos.

Y así, la sabiduría y la amistad florecieron en el corazón del bosque.

FIN.

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