El árbol y las tres ardillas
Había una vez un hermoso bosque donde vivía un árbol frondoso y robusto. En ese bosque también habitaban tres ardillas muy traviesas: Pancho, Lila y Tito. Las tres ardillas solían correr y jugar por el bosque, pero un día, mientras saltaban de rama en rama, Pancho cayó al suelo y se lastimó una pata. Lila y Tito se acercaron rápidamente para ayudar a su amigo.
"¡Ay, me duele mucho! No podré subir al árbol por un tiempo", lamentó Pancho.
"Tranquilo, amigo, te cuidaremos y traeremos comida hasta que te recuperes", dijo Lila con preocupación.
Días pasaron y Pancho se sentía triste al ver a sus amigos esforzándose para llevarle comida. Lila y Tito, a pesar de su bondad, estaban agotados. Una tarde, el árbol les dijo:
"Ardillitas, veo cómo se esfuerzan por cuidar a su amigo, pero no es justo que se agoten tanto. Tengo una idea que les permitirá ayudar a Pancho sin gastar tanta energía".
El árbol les sugirió a las ardillas que, en lugar de subir y bajar constantemente para llevar comida, podrían recolectar frutos y nueces y guardarlos en sus madrigueras. De esta manera, tendrían reservas para alimentar a Pancho sin tener que esforzarse tanto. Lila y Tito agradecieron al árbol por su sabio consejo y pusieron en práctica su idea. Al poco tiempo, las ardillas tenían suficiente comida almacenada para cuidar de Pancho sin agotarse.
Finalmente, Pancho se recuperó y las tres ardillas celebraron con alegría. Se dieron cuenta de que el árbol les había enseñado una valiosa lección: la importancia de la previsión y el trabajo en equipo. Desde entonces, las ardillas aprendieron a planificar y a compartir responsabilidades, fortaleciendo así su amistad y llevando una vida más armoniosa en el bosque.
FIN.