El árbol y sus amigos mágicos


Había una vez en un hermoso bosque, cinco amigos muy especiales: Comilón, Corredor, Compartidor, Viajador y Hacedor. Cada uno de ellos tenía habilidades únicas y juntos formaban un equipo imparable.

Un día, mientras paseaban por el bosque, se encontraron con un viejo árbol que parecía estar triste. Sus hojas estaban marchitas y su tronco se veía débil.

Los amigos se acercaron para preguntarle qué le pasaba y el árbol les contó que había perdido la fuerza porque no recibía suficiente agua y nutrientes del suelo. Comilón, siempre dispuesto a comerse todo lo que encontraba a su paso, propuso darle al árbol todas las frutas y verduras del bosque para que recuperara sus fuerzas.

"Aquí tienes, come todo lo que quieras", dijo Comilón mientras le ofrecía una manzana al árbol. Corredor, el más veloz de todos, sugirió traer agua fresca de un arroyo cercano para que el árbol pudiera beber y revitalizarse.

Rápidamente salió corriendo en busca del agua y regresó con una jarra llena. "Toma, bebe todo lo que necesites", dijo Corredor mientras sostenía la jarra para ayudar al árbol a beber.

Compartidor pensó en cómo podrían hacer para que el árbol recibiera más luz solar y así poder crecer fuerte y saludable. Entonces decidió invitar a los pájaros del bosque a posarse en las ramas del viejo árbol para protegerlo del sol con sus alas.

"Venid amigos plumíferos, ayudadnos a dar sombra al árbol", les pidió Compartidor a los pájaros. Viajador propuso buscar tierra fértil en otras partes del bosque para trasplantarla junto al viejo árbol y así mejorar su entorno.

Juntos recorrieron diferentes lugares hasta encontrar la mejor tierra para llevar al árbol enfermo. Hacedor tomó algunas ramas caídas cerca de allí y comenzó a construir un pequeño cerco alrededor del tronco para protegerlo de posibles daños externos.

Con mucha dedicación terminó la cerca justo a tiempo antes de anochecer. Días después, los amigos volvieron al lugar donde habían encontrado al viejo árbol y quedaron maravillados al verlo completamente transformado. Sus hojas brillaban verdes y saludables, su tronco estaba firme e imponente; parecía rejuvenecido.

El viejo árbol les dio las gracias conmovido por todo lo que habían hecho por él. "Gracias queridos amigos por devolverme la vida con su amorosa ayuda", les dijo emocionado.

Desde ese día en adelante, Comilón, Corredor, Compartidor, Viajador y Hacedor siguieron recorriendo juntos el bosque ayudando a quienes lo necesitaban con sus increíbles habilidades combinadas. Y es así como demostraron que trabajando en equipo cualquier problema puede ser superado con amor y solidaridad.

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