El Arca de Noé



Había una vez un niño llamado Noé que vivía en un pequeño pueblo cerca de la costa. Noé era un niño muy curioso y siempre estaba buscando aventuras.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, se encontró con una extraña criatura. La criatura era un pájaro gigante y colorido, y parecía estar triste. Noé se acercó con cuidado y le preguntó qué le pasaba. "Hola, ¿estás bien?" -preguntó Noé.

El pájaro levantó la cabeza y lo miró con ojos tristes. "Estoy buscando un lugar seguro para vivir", dijo el pájaro. "He escuchado que pronto habrá un gran diluvio que inundará todo el planeta". Noé quedó sorprendido por las palabras del pájaro.

"¿Un diluvio? Eso es terrible. Pero no te preocupes, puedo ayudarte a encontrar un lugar seguro" -dijo valientemente. El pájaro sonrió ante la oferta de ayuda de Noé.

"Eres muy amable, pero necesitaríamos algo más grande que solo un refugio para mí. Todos los animales también necesitan ser salvados". Noé pensó durante unos momentos y luego tuvo una idea brillante.

"¡Construiré un arca! Un enorme barco donde todos los animales puedan estar seguros durante el diluvio". El pájaro asintió con entusiasmo. "Eso suena maravilloso. Pero construir un arca lleva mucho tiempo y trabajo". Noé no se dejó desanimar por las palabras del pájaro. "Soy valiente y tengo mucha energía.

Si trabajamos juntos, podemos hacerlo". Así comenzó la aventura de Noé y el pájaro para construir el arca. Durante días y noches, Noé buscó madera y herramientas, mientras el pájaro le daba consejos sobre cómo construir correctamente.

Poco a poco, el arca comenzó a tomar forma. Era grande y resistente, con suficiente espacio para todos los animales. Noé se aseguró de que hubiera comida y agua suficiente para cada uno de ellos.

A medida que avanzaba la construcción del arca, más animales llegaban al bosque buscando refugio. Había elefantes, jirafas, leones e incluso pequeños ratones. Cada uno encontraba su lugar en el arca gracias a Noé. Finalmente, llegó el día en que todo estuvo listo.

El diluvio estaba por llegar y Noé subió al arca junto con los animales. "¡Estamos listos! ¡Todos a bordo!" -gritó emocionado. El agua comenzó a caer del cielo mientras el arca flotaba sobre las olas del océano.

Los animales estaban seguros dentro del barco gracias al valiente esfuerzo de Noé. Días después, el diluvio se calmó y las aguas retrocedieron lentamente. El arca finalmente se detuvo en una montaña alta.

"Hemos sobrevivido", dijo Noé con alegría mientras abría las puertas del arca. Uno por uno, los animales salieron del barco y volvieron a tierra firme. Estaban contentos de haber sido salvados y agradecidos con Noé por su valentía.

Noé sonrió mientras veía a los animales alejarse. "Hoy aprendí que cuando trabajamos juntos y somos valientes, podemos superar cualquier desafío". Y así, la historia de Noé y el arca se convirtió en una leyenda.

La valentía y la colaboración de un niño habían salvado a todos los animales del planeta. Desde ese día, Noé siguió buscando aventuras y ayudando a quienes lo necesitaban. Su historia inspiró a muchos niños a ser valientes y luchar por lo que creen.

Y así, esta historia nos enseña que no importa cuán pequeños seamos, siempre podemos hacer grandes cosas si tenemos coraje y trabajamos juntos.

FIN.

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