El Arcoíris de Juliana



Érase una vez, en un bosque mágico lleno de colores, una niña llamada Juliana que vivía en una casa pintada de todos los colores del arcoíris.

Juliana tenía una familia muy amorosa; su mamá y su papá siempre estaban allí para jugar y compartir momentos juntos.

Un día soleado, mientras Juliana regaba las flores de su jardín con su regadera, miró hacia arriba y vio que algunas nubes estaban formando figuras divertidas: "¡Mira, mamá! ¡Esa nube se parece a un perrito!".

"Es cierto, Juliana. ¡El cielo es un pintor muy especial!" - respondió su mamá, sonriendo.

Juliana, llena de alegría, se acercó y le abrazó.

"¡Te amo, mamá!" - dijo con mucho amor.

"Y yo a vos, mi amor" - dijo su mamá, acariciando su cabello.

Una tarde, Juliana y sus papás decidieron hacer una función de títeres para divertir a todos en el bosque. Juliana estaba muy emocionada. Juntos, crearon títeres de plastilina.

Hicieron a Tete, un pequeño conejo, y a Elian, un elefante que siempre estaba buscando aventuras.

El día del espectáculo llegó y todos los animalitos del bosque se congregaron alrededor de un gran árbol. Juliana, con su voz entusiasta, comenzó la función.

"¡Hola, amigos! Hoy tenemos una canción especial: ¡La Vaca Lola!" - gritó Juliana, mientras Tete y Elian comenzaban a saltar y cantar.

"La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola..." - cantaron los títeres, haciendo reír a todos los presentes.
<brDe

repente, Jesús David, el pollito, se asomó al escenario y comenzó a decir:

- "¡Pío, pío, pío! ¡Que quiero cantar yo también! "
<brY así, los animalitos se unieron al canto, llenando el bosque de risas y melodías.

Luego, apareció Molí, el patito Juan, que nadaba en un charco cercano y que también quería participar.

"¡Déjenme agregarme, yo también canto!" - dijo Molí, haciendo que todos se rieran aún más.
<brSin embargo, en medio de la diversión, Juliana notó que algunos animalitos estaban tristes.

Se dio cuenta que los colores del arcoíris empezaron a desvanecerse alrededor de ellos. Curiosa y preocupada, se detuvo.

"¿Qué pasa, amigos?" - preguntó Juliana.
<br- "Estamos tristes porque no hay suficiente alegría en el bosque", respondió un pequeño zorro.
<brJuliana,

con su noble corazón, tuvo una brillante idea.
<br- "¡Hagamos una fiesta para llenar el bosque de colores y risas! " - propuso emocionada.
<brTodos los animalitos aceptaron la propuesta y comenzaron a trabajar juntos. Hicieron decoraciones, prepararon comida y, sobre todo, se unieron para cantar y reír.

Juliana se sintió muy feliz al ver a todos los animalitos divertir.
<brLa fiesta fue todo un éxito. Mientras todos bailaban y se reían, Juliana miró al cielo, y para su sorpresa, el arcoíris volvió a brillar con fuerza.
<br-

"¡Miren! ¡El arcoíris ha vuelto! " - gritó mientras saltaba de alegría.
<br- "Es gracias a vos, Juliana. Hiciste que todos aquí se sintieran felices" - dijo su mamá, orgullosa.
<brJuliana

abrazó a sus papás y a todos los animalitos, sintiendo en su corazón lo importante que era la unión y la alegría.


Y así, el bosque se llenó nuevamente de color, y Juliana aprendió que compartir y hacer felices a los demás también llenaba su propio corazón de amor y felicidad.

FIN.

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