El arcoíris de la amistad


En un pequeño pueblo llamado Villa Colorida, vivía Paulette, una niña de cabellos rubios y ojos azules que iba a la escuela primaria "Arcoíris".

Paulette era muy popular entre sus compañeros y siempre estaba rodeada de amigos, pero tenía un problema: discriminaba a Yaritza, una niña de piel oscura que acababa de llegar al colegio. Desde el primer día en que Yaritza llegó a la escuela, Paulette se burlaba de ella por su color de piel.

Le decía cosas hirientes y la excluía de todas las actividades. Los demás niños no sabían qué hacer, así que seguían el ejemplo de Paulette y también discriminaban a Yaritza.

Un día, durante el recreo, Paulette se acercó a Yaritza con una sonrisa maliciosa en el rostro. "¿Por qué estás aquí? Este es nuestro lugar para jugar", le dijo con tono despectivo. Yaritza miró tristemente al suelo y respondió con voz temblorosa: "Yo también tengo derecho a jugar aquí.

No me hagas sentir mal por ser diferente". Pero Paulette solo se rió y continuó molestando a Yaritza sin compasión. Sin embargo, lo que no sabía Paulette era que en ese preciso momento algo mágico estaba por suceder.

De repente, un arcoíris gigante apareció en el cielo sobre la escuela "Arcoíris". Todos los niños quedaron maravillados ante semejante espectáculo y corrieron hacia él para verlo más de cerca.

Pero cuando estaban debajo del arcoíris, algo extraordinario ocurrió: todos los colores empezaron a caer del cielo como pequeñas chispas brillantes y envolvieron a cada uno de los niños.

Paulette sintió cómo esos colores mágicos entraban en su corazón y le mostraban imágenes maravillosas: momentos felices compartidos con sus amigos sin importar su apariencia física; risas sinceras mientras jugaban juntos; abrazos cálidos llenos de amor y aceptación mutua. De repente, Paulette entendió todo.

Se dio cuenta del dolor que había causado a Yaritza con sus palabras hirientes y actitudes discriminatorias. Se acercó lentamente hacia ella y extendió la mano diciendo: "Lo siento mucho por haberme comportado así contigo. ¿Podrías perdonarme?"Yaritza miró sorprendida a Paulette pero luego le ofreció una sonrisa llena de bondad y aceptación.

"Claro que sí", respondió amablemente. Desde ese día, Paulette cambió por completo su forma de ser. Se convirtió en una defensora férrea de la diversidad y la inclusión en la escuela "Arcoíris".

Ayudó a organizar actividades donde todos los niños pudieran participar sin importar cómo lucieran por fuera. La magia del arcoíris había tocado sus corazones para siempre, recordándoles que lo importante no es cómo nos vemos por fuera, sino quiénes somos en nuestro interior.

Y así, Villa Colorida se convirtió en un lugar donde reinaran el respeto, la amistad verdadera y la alegría compartida entre todos sus habitantes.

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