El Arcoíris de la Selva



Era una hermosa mañana en la selva. Los árboles estaban llenos de colores brillantes, y los animales de la selva estaban muy emocionados. Hoy iba a ser un día especial porque todos estaban esperando la llegada de la gran fiesta del Arcoíris.

El loro Lalo volaba de rama en rama, gritando: "¡Amigos, amigos! ¡La fiesta del Arcoíris comienza al mediodía!".

La tortuga Tuli, que era un poco más lenta, se asomó y dijo: "¿Qué es eso de la fiesta del Arcoíris?".

El loro respondió: "Es una fiesta donde todos usamos nuestros colores favoritos y bailamos hasta que salga la luna. Pero este año tenemos un desafío: ¡Todos los animales deben traer el color que más les guste!".

La tortuga, pensativa, le preguntó: "¿Y si no tengo color?".

"Claro que tenés, Tuli. Vos sos de color verde", le aseguró Lalo.

La tortuga sonrió. "¡Es verdad!". Y se puso en marcha, buscando inspiración.

Mientras tanto, el tigre Tito estaba en la charca mirando su reflejo. "Soy muy naranja, ¡me encanta! Pero no sé si será suficiente para la fiesta". Buscó al pez Pipo, un pez colorido que nadaba alegremente.

"Pipo, ¿qué color debes llevar a la fiesta?".

"Yo llevo el azul del agua, Tito. Pero además puedo usar un poco de amarillo para brillar". El tigre se sintió emocionado y decidió que él también iba a agregar un toque amarillo a su atuendo.

Al llegar el mediodía, todos se reunieron en la gran llanura de la selva. El búho Bruno, que era el encargado de la música, empezó a tocar su flauta y pronto todos empezaron a bailar.

Sin embargo, de repente, un pequeño pajarito llamado Pipo se sintió triste. "No tengo un color como los demás, no soy tan brillante como ellos".

La tortuga Tuli se acercó y le dijo: "Eso no importa, Pipo. Tu color es único y especial".

Pipo, algo confundido, le respondió: "Pero todos son más coloridos que yo".

En ese momento, Lalo voló a su alrededor y exclamó: "Esperen, todos tienen colores diferentes, pero eso es lo que hace a nuestra fiesta tan especial. ¡Cada uno de nosotros es único!".

Los animales empezaron a recordar sus colores y a bailar más felices. El tigre Tito, el loro Lalo y la tortuga Tuli se unieron al pequeño pajarito. Todos fueron a su alrededor, celebrando su amistad.

"Así es, pitufín. Tu canto es más hermoso que mil colores juntos". Dijo Tito.

Y así, siguieron bailando y riendo, llenando la selva con sus melodías y sus colores.

Al final del día, el cielo se tornó de un hermoso tono naranja mientras el sol se ponía. Todos los animales, cansados pero felices, se despidieron con un gran abrazo.

La tortuga Tuli miró al pequeño Pipo y le dijo: "Ahora ves, no importa qué color tengas, ¡lo importante es que somos amigos y siempre brillamos juntos!".

Desde ese día, todos los animales aprendieron que ser diferentes era lo que hacía a su selva tan vibrante y especial. Celebraron la diversidad y cada año, desde entonces, la fiesta del Arcoíris fue aún más fabulosa, porque estaban juntos, cada uno con su propio color y su propio brillo.

FIN.

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