El Arcoíris del Amor



En un reino lejano, donde el sol brillaba siempre y los colores danzaban en el aire, vivía una Princesa llamada Clara, conocida por su belleza, pero también por su corazón frío. No le importaba ayudar a los demás ni compartir sus tesoros. Un día, un travieso duende llamado Pipo decidió hacer una travesura y robó el oro del Arcoíris, que traía felicidad a todos en el reino.

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"¡Voy a hacer que todos se diviertan sin oro!"

"¡Soy el duende más travieso de todos!"

Con su risa burlona, Pipo pensó que sería muy divertido. Sin embargo, el lobo, llamado Rocco, que siempre había sido leal a la Princesa Clara, decidió que eso no podía quedar así. Rocco corrió hacia el bosque en busca de Pipo.

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"¡Pipo! ¡Devuelve el oro del Arcoíris!"

Al encontrarse, Rocco le hizo saber lo importante que era el oro para llevar la felicidad a los habitantes del reino. Pipo, entre risas, refunfuñó:

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"¿Y qué si no lo tengo? La felicidad no se guarda en un cofre, lobo."

Pero Rocco, con su inteligencia, ideó un plan. Decidió que, si quería recuperar el oro, tendría que cambiar algo por ello.

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"Te propongo un trato, Pipo. Si me devuelves el oro, te traeré la comida que más te gusta."

Pipo, que no se podía resistir a la idea de un festín, finalmente accedió. Mientras tanto, la Princesa Clara, al enterarse del robo, se desanimó. Sin el oro, el reino se volvió triste. El Caballero Real, un buen hombre llamado Sir Fernando, se acercó a Clara.

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"Princesa, el oro es solo un objeto. La verdadera felicidad viene del amor y la bondad. ¿No has visto a Rocco luchar por lo que es importante?"

Este comentario hizo reflexionar a Clara. ¿Podía ser que había estado equivocada? En ese momento, decidió ayudar a Rocco y unirse a él para recuperar el oro. Juntos, se enfrentaron a Pipo, quien estaba disfrutando de su banquete.

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"Pipo, ¡la felicidad no se trata solo de comer! Hay que compartirla. Devuelvo el oro, y tú puedes ser parte de nuestra familia en lugar de un enemigo."

El duende, con la boca llena de comida, se sintió un poco avergonzado.

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"Lo siento, Clara. No debí robar. Solo quería divertirme. Pero me gustaría ser su amigo."

Al escuchar las palabras de disculpa y viendo la bondad en Clara, Rocco y el Caballero Fernando, la Princesa empezó a cambiar. Se dio cuenta de que la amabilidad y el amor son mucho más valiosos que todas las riquezas del mundo.

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"¡Dejemos atrás las travesuras y construyamos algo hermoso juntos!"

Con el oro recuperado, Clara, Rocco, Pipo, y Fernando formaron una gran familia. La Princesa se volvió generosa. El lobo se convirtió en la mascota leal de todos, y el duende aprendió a usar su travesura para hacer felices a otros en lugar de molestarlos. Juntos organizaron fiestas en el reino, donde el oro brillaba, el amor reinaba, y la risa llenaba el aire.

Y así, el reino resplandeció con colores vibrantes, todos aprendieron que el amor y la amistad son el verdadero tesoro que nunca se pierde.

--"Desde ese día, Clara, el lobo Rocco, el duende Pipo, y el Caballero Fernando vivieron felices, compartiendo su alegría y amor con todos en el reino. Nunca olvidaron que las cosas que se roban se pueden recuperar, pero el amor debe ganarse con cada acto bondadoso."

FIN.

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