El arcoíris mágico



Érase una vez, en un pequeño pueblo rodeado de imponentes montañas, vivía una familia conformada por un leñador llamado Juan, su esposa María, sus dos hijos Martín y Sofía, y su fiel compañero de aventuras: un pequeño perro llamado Chispa.

Un día soleado decidieron adentrarse en el bosque para recolectar leña y así poder mantener calentita su humilde casita. El bosque era conocido por sus cuentos de brujas y fantasmas que asustaban a los lugareños.

A pesar de las advertencias, la familia decidió internarse en busca de la mejor madera. Pero pronto se dieron cuenta de que estaban perdidos. El sol comenzaba a ocultarse entre los árboles y el miedo empezaba a apoderarse de ellos.

- ¡Papá, mamá! ¿Dónde estamos? - preguntó Sofía con voz temblorosa. - Tranquila hija, encontraremos el camino de regreso - respondió Juan tratando de mantener la calma.

Chispa corría inquieto olfateando el suelo intentando encontrar una pista que los guiara de vuelta a casa. De repente, escucharon unos murmullos extraños que provenían detrás de unos arbustos. Con valentía, decidieron seguir el sonido y descubrieron a una anciana con largos cabellos blancos tejiendo frente a una fogata.

- Buenos días señora, estamos perdidos ¿nos podría ayudar? - preguntó María con esperanza en sus ojos. La anciana levantó la mirada lentamente y les dijo: "Para salir del bosque embrujado deben seguir las luces del arcoíris hasta llegar al lago encantado".

Con estas palabras en mente, la familia emprendió su camino siguiendo las luces multicolores que se dibujaban entre los árboles. El trayecto no fue fácil; debieron sortear obstáculos como ríos caudalosos y senderos sinuosos.

En cada momento difícil recordaban las palabras sabias de la anciana tejedora y seguían adelante con determinación. Finalmente llegaron al lago encantado donde se reflejaba un arcoíris brillante sobre sus aguas cristalinas.

Allí encontraron un bote esperándolos para llevarlos sanos y salvos de regreso a casa. - ¡Lo logramos! Gracias por no rendirse nunca - exclamó Martín emocionado.

- Nunca subestimen el poder del trabajo en equipo y la valentía ante los desafíos - dijo Juan orgulloso mientras acariciaba a Chispa quien movía su cola felizmente. Desde ese día, la familia aprendió que juntos podían superar cualquier adversidad si mantenían viva la esperanza en sus corazones.

Y así siguieron viviendo felices en su hogar junto al bosque embrujado, recordando siempre aquella increíble aventura que fortaleció aún más su amor familiar.

FIN.

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