El Arcoíris Mágico de Lila
Había una vez en un pintoresco pueblo llamado Colores, una niña llamada Lila, que soñaba con cruzar el arcoíris. Lila tenía tres mascotas adorables: sus perritos Billi y Guss, y una pajarita hermosa llamada Voltex. Cada día, Lila se sentaba en su jardín y miraba al cielo, imaginando cómo sería estar con ellos en un lugar mágico, más allá de los colores vibrantes del arcoíris.
Un día, mientras jugaba con sus mascotas, Lila exclamó: "Un día, voy a cruzar ese arcoíris y abrazaros para siempre. ¡Sólo imaginarlo me hace feliz!"- Billi movió la cola emocionado, y Guss ladró con alegría. Voltex, revoloteando feliz, asintió con su cabecita.
Ese día, Lila decidió que tenía que intentarlo. "¡Vamos a buscar una manera de cruzar el arcoíris!"- propuso a sus amigos animals.
Lila y sus mascotas, llenos de entusiasmo y amistad, comenzaron su búsqueda. Primero, se encontraron con el viejo sabio del bosque, un búho llamado Don Sabio. "Don Sabio, ¿cómo podemos cruzar el arcoíris?"- preguntó Lila. Don Sabio, con su voz profunda, respondió: "Para atravesar el arcoíris, necesitarás el Corazón de la Amistad. Viaja hacia la Colina de los Sentimientos y descubre lo que significa realmente ser amigos."-
Intrigados, Lila, Billi, Guss y Voltex comenzaron a caminar hacia la Colina de los Sentimientos. En el camino, se encontraron con una ardilla llamada Susi, quien estaba llorando.
"¿Por qué lloras, Susi?"- preguntó Lila.
"He perdido mi nuez más preciada, y no sé dónde buscarla!"- sollozó Susi.
"¡Podemos ayudarte!"- ofreció Guss, moviendo su cola con energía.
Así, en lugar de continuar su viaje, Lila y sus mascotas decidieron ayudar a Susi. Juntos, comenzaron a buscar la nuez por todo el bosque. "El trabajo en equipo hace que todo sea más fácil y divertido!"- comentó Billi mientras buscaban.
Después de un rato, encontraron la nuez brillante entre una montaña de hojas. Susi no podía contener la alegría. "¡Gracias, amigos! Me han ayudado mucho. Yo también quiero ayudarlos a cruzar el arcoíris. ¡Les voy a mostrar un atajo!"-
Con la ayuda de Susi, llegaron a un claro donde había una colina que sobresalía sobre el paisaje. "Desde aquí, podremos ver bien el arcoíris y quizás encontrar una forma de cruzarlo!"- dijo Lila emocionada.
Al llegar, vieron que el arcoíris era aún más hermoso de lo que habían imaginado. Pero también estaba muy alto. "¿Cómo lo cruzaremos?"- preguntó Lila, un poco desilusionada. En ese momento, Voltex revoloteó y dijo: "¡Quizás necesitamos reunir más amigos! Cada uno de nosotros tiene un talento especial para compartir. ¡Podemos construir algo juntos!"-
Con esa idea en mente, Lila decidió que debían llamar a todos los amigos del bosque. Invitaron a la tortuga Tati, al conejo Rocco y a la serpiente Sofía, quienes eran muy buenos en construir cosas. Juntos, comenzaron a trabajar en un puente de ramas y hojas, cada uno aportando su talento. Billi ayudaba a transportar hojas, mientras Guss traía ramas. Voltex se encargaba de darle vida al proyecto, cantando alegres melodías que inspiraban a todos.
Finalmente, después de mucho esfuerzo y risas, el puente estaba terminado. Lila, Billi, Guss, Voltex y todos sus amigos se miraron con orgullo. "¡Ahora podemos cruzar el arcoíris!"- exclamó Lila.
Con valentía, uno a uno empezaron a cruzar el puente. Al llegar al otro lado, Lila se sintió llena de felicidad al ver un hermoso prado lleno de flores de todos los colores. "¡Miren! Aquí están mis amigos animals, justo como soñé!"- gritó con emoción.
Billi y Guss corrían y jugaban entre las flores, mientras Voltex hacía piruetas en el aire. El lugar era mágico, ¡y todos estaban juntos, como en el sueño de Lila! Sin embargo, Lila se dio cuenta de que lo que realmente hizo posible ese momento era la amistad y el trabajo en equipo.
"¡Gracias a todos por ayudarme!"- dijo Lila con una gran sonrisa, agradeciendo a cada uno.
"La amistad nos lleva lejos, Lila. Hemos cruzado el arcoíris gracias a nuestra unión"- comentó Rocco.
Desde ese día, Lila nunca dejó de soñar. Aprendió que los sueños se hacen realidad cuando uno comparte su corazón y trabaja en equipo. Y así, cada vez que miraba el arcoíris, sonreía al recordar que, aunque el puente había sido especial, eran sus amigos los que habían hecho el viaje inolvidable.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.