El Arcoíris Mágico de los Seis Mounstritos
Había una vez en un lejano y colorido lugar, seis mounstritos que vivían juntos en un hermoso bosque. Cada uno de ellos representaba un color y una emoción diferente. El primero era el Mounstrito Rojo, quien siempre estaba enojado.
Se enfadaba por cualquier cosa y a veces asustaba a los demás con su mal carácter. El segundo era el Mounstrito Verde, quien sentía calma en todo momento.
Era tranquilo y relajado, siempre buscando la paz entre sus amigos. El tercer mounstrito era el Celeste, quien constantemente se encontraba triste. Lloraba sin razón aparente y no podía encontrar la alegría en las cosas simples de la vida.
El cuarto mounstrito era el Gris, quien sentía miedo todo el tiempo. Siempre se escondía detrás de los árboles y tenía dificultades para enfrentar nuevos retos. El quinto mounstrito era Rosado, quien irradiaba amor hacia todos los seres vivos del bosque.
Siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás y tenía una sonrisa permanente en su rostro. Por último, estaba Amarillo, el sexto mounstrito que siempre estaba lleno de alegría y energía positiva.
Un día soleado, mientras paseaban por el bosque cantando canciones divertidas, algo inesperado sucedió: apareció una carta voladora dirigida a ellos. Con mucha curiosidad e intriga, decidieron abrirla juntos. Dentro de la carta había un mensaje muy especial: "Queridos mounstritos del bosque, han sido elegidos para una gran misión.
Deben aprender a trabajar juntos y combinar sus emociones para crear un arcoíris mágico que iluminará el bosque y traerá felicidad a todos los seres que lo habitan".
Los seis mounstritos se miraron entre sí, sorprendidos y emocionados por la aventura que les esperaba. Sabían que no sería fácil, pero estaban dispuestos a intentarlo. Comenzaron su viaje hacia la montaña más alta del bosque, donde se encontraba un antiguo caldero lleno de colores brillantes.
Cada uno de ellos tomó un poco del líquido mágico y comenzaron a mezclarlo. El Mounstrito Rojo decidió dejar de lado su enojo y añadió unas gotas de calma del Mounstrito Verde.
El Celeste dejó caer algunas lágrimas tristes en el caldero, pero luego recibió unas notas de alegría del Mounstrito Amarillo. El Gris superó su miedo al recibir abrazos amorosos del Mounstrito Rosado.
Después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, lograron crear una hermosa explosión de colores que formaba un arcoíris gigante sobre el bosque. La magia se extendió por todo el lugar, trayendo felicidad y sonrisas a cada rincón. Los mounstritos se dieron cuenta de que juntos eran mucho más fuertes y capaces de superar cualquier obstáculo.
Aprendieron a valorar las emociones diferentes de cada uno y cómo podían complementarse para alcanzar metas comunes.
Desde ese día, los seis mounstritos se convirtieron en los guardianes del bosque, encargados de mantener viva la magia del arcoíris y enseñar a otros sobre la importancia de trabajar juntos y aceptar las emociones propias y ajenas. Y así, el bosque vivió feliz para siempre, lleno de colores y emociones que se entrelazaban para crear un mundo mejor.
Los mounstritos aprendieron que no importaba cuánto enojo, tristeza o miedo sintieran, siempre había una forma de transformarlo en amor, calma y alegría.
FIN.