El arcoíris solidario


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, tres amigos muy especiales: la niña Wara, Rosa y Neymar. Les encantaba pasear por las orillas del lago y observar a los animales que allí vivían.

Un día, mientras caminaban, vieron a lo lejos un hermoso arcoíris que parecía tocar el agua del lago. - ¡Miren ese arcoíris tan bonito! -exclamó emocionada Wara. - Sí, es maravilloso.

Me pregunto si al final del arcoíris hay un tesoro como dicen algunos cuentos -dijo Rosa con curiosidad. Neymar, siempre lleno de energía y entusiasmo, propuso:- ¿Por qué no seguimos el arcoíris y descubrimos a dónde nos lleva? Los tres amigos se miraron emocionados y asintieron con alegría.

Decidieron seguir el arcoíris adentrándose en el bosque que rodeaba al lago. Caminaron juntos durante horas, atravesando praderas coloridas y cruzando riachuelos cristalinos. De repente, escucharon un sonido proveniente de un árbol cercano.

Se acercaron sigilosamente y descubrieron a un pajarito atrapado entre las ramas. - ¡Oh no! ¡El pajarito está atrapado! Debemos ayudarlo -exclamó preocupada Wara. Con cuidado, Neymar trepó al árbol y logró liberar al pajarito. Este revoloteó felizmente antes de volar hacia el horizonte.

- ¡Lo logramos! -dijo Neymar con una sonrisa de satisfacción. Continuaron su camino siguiendo el arcoíris hasta llegar a una pradera donde encontraron a una familia de conejitos buscando comida desesperadamente. Rosa sugirió:- Creo que podríamos recolectar algunas zanahorias para ayudarles.

Los tres amigos se pusieron manos a la obra y recogieron todas las zanahorias que pudieron encontrar en la pradera. Los conejitos saltaban de alegría al ver tanta comida fresca frente a ellos.

De pronto, el cielo se oscureció y empezó a soplar un fuerte viento. Una tormenta se acercaba rápidamente hacia ellos. Sin pensarlo dos veces, los amigos buscaron refugio bajo un árbol frondoso mientras la lluvia caía con fuerza sobre la pradera.

- Qué suerte tuvimos de encontrar este refugio natural -comentó Wara mientras veían cómo la lluvia regaba la tierra sedienta. Después de que la tormenta pasara, salieron del refugio para continuar su aventura siguiendo el arcoíris.

Finalmente llegaron a una colina desde donde podían ver todo el paisaje con claridad: el lago brillaba bajo los rayos del sol poniente y los animales jugaban felices en sus orillas. - Esta ha sido una gran aventura juntos.

Aprendimos lo importante que es ayudarnos unos a otros y cuidar de los seres vivos que nos rodean -dijo Neymar con gratitud en su voz.

Los tres amigos se abrazaron emocionados por todo lo vivido ese día y contemplaron juntos el hermoso atardecer pintando colores mágicos en el cielo.

Y así terminó esta inolvidable jornada para Wara, Rosa y Neymar: aprendiendo sobre solidaridad, amistad e importancia del cuidado mutuo entre todos los seres vivientes en este maravilloso mundo lleno de sorpresas por descubrir.

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