El arcoíris unido
Había una vez en el mundo de Arcoíris, un lugar mágico lleno de colores brillantes y alegres. En este maravilloso lugar vivían los colores Rojo, Naranja, Amarillo, Verde, Azul y Violeta.
Cada uno de ellos tenía su propia personalidad y talentos especiales que los hacían únicos. Un día soleado, los colores se reunieron en la plaza principal para celebrar el Día de la Igualdad.
Este era un día especial en el que recordaban lo importante que era aceptarse mutuamente sin importar cómo fueran o qué talentos tuvieran. El color Rojo era valiente y audaz. Siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos cuando lo necesitaban.
El color Naranja era creativo y siempre encontraba formas ingeniosas de resolver problemas difíciles. El color Amarillo era optimista y contagioso con su alegría. El color Verde era amigable y siempre estaba dispuesto a escuchar a los demás.
El color Azul era tranquilo y pacífico, brindando consuelo cuando alguien se sentía triste. Y finalmente, el color Violeta era sabio e inteligente, siempre compartiendo conocimiento con todos.
Mientras disfrutaban del día juntos, notaron algo extraño: ¡el cielo se había vuelto gris! Se preguntaron qué podría estar pasando y decidieron investigar. Caminaron por prados verdes hasta llegar al Lago Espejismo donde vivía un ser mágico llamado Irisa. Ella poseía poderes especiales para crear arcoíris en el cielo y mantener la paz entre los colores.
Irisa les explicó que había estado ocupada trabajando en un nuevo proyecto y había descuidado su deber de mantener el cielo lleno de colores. Los colores se miraron unos a otros, preocupados por cómo podrían ayudar a Irisa a solucionar el problema.
El color Rojo sugirió: "Podríamos dividirnos en equipos y buscar diferentes formas de traer más color al mundo". Los demás estuvieron de acuerdo y comenzaron su misión.
El color Naranja utilizó su creatividad para pintar hermosos murales en las paredes de la ciudad, llenándola con tonos vibrantes. El color Amarillo organizó una fiesta llena de globos multicolores para alegrar los corazones de todos.
El color Verde plantó flores y árboles por todas partes, creando un ambiente fresco y acogedor. El color Azul cantó canciones tranquilas para calmar a las personas que estaban preocupadas. Mientras tanto, el color Violeta se encontraba pensativo, buscando una solución más duradera.
Se le ocurrió algo brillante: si cada uno mezclara sus talentos especiales, podrían crear juntos un gran arcoíris que iluminaría todo Arcoíris durante mucho tiempo. Los colores se reunieron nuevamente en la plaza principal y compartieron sus ideas.
Trabajaron juntos como un equipo, combinando sus talentos y habilidades únicas para crear un magnífico arcoíris que abarcaba todo el cielo. Cuando terminaron, los colores miraron maravillados cómo su trabajo conjunto había transformado el mundo de Arcoíris en un lugar aún más hermoso y lleno de igualdad.
Desde ese día en adelante, los colores de Arcoíris entendieron que, aunque cada uno fuera único y especial a su manera, juntos eran aún más poderosos. Aprendieron la importancia de aceptarse mutuamente y trabajar en equipo para lograr grandes cosas.
Y así, en el mundo de Arcoíris, todos vivieron felices y en perfecta armonía, recordando siempre el Día de la Igualdad como un recordatorio de lo hermoso que es ser diferentes pero igualmente valiosos.
FIN.