El armario mágico de Dino
Dino era un pequeño dinosaurio que siempre se había sentido diferente a los demás. No le importaba si jugaba con autos o muñecas, ni si se vestía de rosa o azul.
Lo que realmente le preocupaba era cómo la gente lo veía y lo juzgaba por ser diferente. Un día, mientras caminaba por el bosque, Dino encontró una puerta escondida detrás de unos arbustos. Sin pensarlo dos veces, decidió abrir la puerta y descubrir qué había detrás.
Para su sorpresa, encontró un armario lleno de emociones y sentimientos. Había cajas etiquetadas con palabras como "alegría", —"tristeza" , —"enojo" y muchas más.
Dino no estaba seguro de qué hacer al principio, pero decidió abrir la caja que decía —"tristeza" . Al abrirla, sintió una oleada de tristeza dentro de él. Por primera vez en mucho tiempo, permitió sentirse vulnerable y admitir que estaba triste. "¿Qué haces aquí?", preguntó una voz desde atrás del armario.
Dino se dio vuelta para encontrar a un pequeño zorro mirándolo fijamente. "Estoy explorando este armario mágico", respondió Dino tímidamente. "Ah, entiendo", dijo el zorro con una sonrisa amistosa.
"Este armario es para ayudar a las criaturas como tú a enfrentar sus emociones y sentimientos". Dino asintió lentamente mientras seguía examinando las distintas cajas en el armario.
Se dio cuenta de que siempre había tratado de ocultar sus emociones para parecer fuerte frente a los demás, pero ahora se daba cuenta de que eso no era necesario. "¿Qué caja debería abrir a continuación?", preguntó Dino al zorro. "Eso depende de ti", respondió el zorro. "Solo tú sabes qué emociones necesitas enfrentar".
Dino pensó por un momento y luego decidió abrir la caja etiquetada con "no poder con todo". Al abrirla, sintió una gran sensación de alivio al admitir que no podía hacer todo solo. "No estás solo en esto", dijo el zorro tranquilizadoramente.
"Todos necesitamos ayuda a veces". Dino se sintió reconfortado por las palabras del zorro y decidió seguir explorando el armario para entender mejor sus emociones y sentimientos.
A partir de ese día, aprendió que ser vulnerable no es algo malo y que pedir ayuda cuando lo necesitaba era algo normal. Con su nueva perspectiva sobre sus emociones y sentimientos, Dino se sintió más seguro de sí mismo y feliz de ser quien era realmente.
Y así, siguió explorando el mundo con una sonrisa en su rostro y un corazón lleno de confianza en sí mismo.
FIN.