El arquitecto curioso


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Joaquín. Joaquín era un chico muy charlatán y siempre tenía algo que decir.

No importaba si estaba caminando, corriendo o montando su monopatín por el comedor, él nunca dejaba de hablar. Joaquín era muy inteligente en matemáticas y siempre obtenía las mejores notas en clase.

Pero había un problema: ¡era medio vago! Le encantaba aprender nuevas cosas, pero también le gustaba pasar tiempo jugando y divirtiéndose. Un día, mientras Joaquín daba vueltas con su monopatín por el comedor, se encontró con su abuelo Mateo. El abuelo Mateo era sabio y siempre tenía algo interesante que contarle a Joaquín. "¡Hola, abuelito!"- saludó alegremente Joaquín.

"¡Hola, mi querido nieto! Veo que estás disfrutando de tu monopatín"- respondió el abuelo Mateo sonriente. "Sí, es muy divertido. ¿Sabes qué? Hoy aprendimos sobre fracciones en la escuela. ¿Puedes enseñarme más sobre eso?"- preguntó curioso Joaquín.

El abuelo Mateo asintió y comenzaron a caminar juntos por el pueblo mientras conversaban. "Las fracciones son como pedazos de una torta o una pizza", explicó el abuelo Mateo.

"Si tienes una pizza entera y la divides en cuatro partes iguales, cada parte sería 1/4 de la pizza. "Joaquín asintió mientras imaginaba esa deliciosa pizza dividida en pedazos. "Pero, abuelito, ¿y si quiero tener más pizza? No me alcanzaría con solo un pedazo"- dijo Joaquín preocupado.

El abuelo Mateo sonrió y le dio una palmada en el hombro. "No te preocupes, Joaquín. Si quieres más pizza, puedes sumar los pedazos.

Por ejemplo, si tienes 1/4 de la pizza y luego le agregas otro 1/4, tendrás 2/4 o también conocido como medio. Y si le agregas otro 1/4, tendrás 3/4 de la pizza". Joaquín quedó impresionado por lo fácil que era entender las fracciones con ese ejemplo de la pizza.

"¡Wow! ¡Es genial! Entonces puedo tener más pizza sin comerme toda de una vez. Pero abuelito, tengo una pregunta más... ¿Por qué es importante aprender matemáticas?"- preguntó Joaquín con curiosidad. El abuelo Mateo se detuvo y miró a su nieto directamente a los ojos.

"Joaquín, las matemáticas son importantes porque nos ayudan a resolver problemas en nuestra vida diaria. Nos enseñan a pensar lógicamente y a encontrar soluciones creativas. Además, muchas profesiones requieren habilidades matemáticas como ser arquitecto o ingeniero.

"Joaquín pensó en ello durante un momento y luego sonrió emocionado. "¡Entonces quiero ser un arquitecto cuando sea grande! Podré diseñar casas increíbles usando mis habilidades en matemáticas"- exclamó entusiasmado Joaquín.

A partir de ese día, Joaquín decidió que no solo sería bueno en matemáticas, sino que también pondría esfuerzo en todas las demás asignaturas. Estudiaba con dedicación y aprovechaba al máximo su tiempo en la escuela.

Con el apoyo y los consejos de su abuelo Mateo, Joaquín se convirtió en un estudiante ejemplar. No solo fue un excelente arquitecto cuando creció, sino que también se convirtió en un gran líder y mentor para otros niños.

La historia de Joaquín nos enseña que aunque a veces podamos ser charlatanes o medio vagos, siempre podemos encontrar una pasión y trabajar duro para alcanzar nuestros sueños. Y recuerda, ¡las matemáticas pueden ser divertidas si las miramos desde la perspectiva de una deliciosa pizza!

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