El arte de amar a la distancia

Había una vez un niño llamado Marc que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos.

Marc era un niño muy cariñoso y siempre estaba dispuesto a dar abrazos y besos a sus padres, hermanos y abuelos. Un día, mientras jugaba en el jardín con su perro Max, escuchó a sus padres conversar en voz baja. Se acercó sigilosamente para escuchar lo que decían.

"Marc necesita entender por qué no podemos abrazarlo ni besarlos", dijo su mamá con tristeza en la voz. "Sé que es difícil para él, pero debemos explicarle la situación de forma clara y amorosa", respondió su papá con preocupación. Marc se quedó pensativo.

¿Por qué no podía darles muestras de cariño como antes? ¿Qué había pasado? Esa noche, durante la cena, Marc notó que sus padres estaban serios. Decidió preguntarles directamente: "¿Por qué ya no puedo abrazar ni besar a ustedes?".

Sus padres intercambiaron miradas antes de explicarle: "Marc, sabemos cuánto te gusta demostrar tu cariño con abrazos y besos, pero en estos momentos debemos cuidarnos unos a otros manteniendo una distancia segura". "¿Distancia segura? ¿Qué significa eso?", preguntó Marc confundido.

"Significa que hay un virus dando vueltas que puede hacerle daño a las personas mayores o enfermas. Por eso, para protegernos y proteger a los demás, debemos evitar el contacto cercano por un tiempo", respondió su mamá con dulzura.

Los ojos de Marc se iluminaron al comprender la situación. Aunque le costaba contener su deseo de abrazarlos, entendió la importancia de mantenerse seguro y cuidar a sus seres queridos.

A partir de ese día, Marc encontró nuevas formas creativas de demostrar su amor sin necesidad de abrazos o besos. Les escribía cartas llenas de dibujos coloridos, les preparaba sorpresas en el jardín e incluso organizaba picnics familiares manteniendo una distancia segura.

Con el tiempo, todos aprendieron a adaptarse a esta nueva forma de mostrar afecto y complicidad. Y aunque los abrazos seguían siendo extrañados por todos, el amor entre ellos creció aún más fuerte al superar juntos este desafío inesperado.

Y así, Marc descubrió que el amor verdadero va más allá del contacto físico; se encuentra en las acciones cotidianas llenas de ternura y complicidad que fortalecen los lazos familiares para siempre.