El arte de la alegría


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Alegría, una niña llamada Yesmy que siempre estaba triste. No importaba cuánto intentaran hacerla reír o sonreír, ella parecía estar sumida en la tristeza todo el tiempo.

Sus amigos y familiares estaban preocupados por ella y querían ayudarla a encontrar la felicidad. Un día, la maestra de Yesmy en la escuela decidió organizar un concurso de dibujo para todos los niños del pueblo.

El tema era "La alegría está en todas partes". Yesmy, a pesar de su tristeza, decidió participar en el concurso. Se sentó frente a una hoja en blanco y comenzó a dibujar lo que veía a su alrededor.

Después de varios días de trabajo duro, llegó el día del concurso. Todos los niños presentaron sus dibujos ante un jurado compuesto por artistas locales. Cuando llegó el turno de Yesmy, todos se sorprendieron al ver su obra.

En lugar de retratar cosas felices como flores o animales jugando, Yesmy había dibujado una niña triste bajo un árbol solitario. El jurado quedó impresionado por la profundidad y la emoción que transmitía el dibujo de Yesmy.

Decidieron otorgarle el primer premio no solo por su habilidad artística, sino también por la honestidad y la sinceridad con las que plasmaba sus sentimientos. Cuando le entregaron el premio, Yesmy sintió una mezcla de emociones dentro de ella.

Por un lado, se sentía feliz y orgullosa de haber ganado el concurso, pero por otro lado seguía sintiendo esa tristeza que parecía no abandonarla nunca. "¿Por qué estás tan triste, Yesmy?" -preguntó uno de sus amigos curioso. "No lo sé", respondió ella con sinceridad.

"A veces siento que mi corazón es como ese árbol solitario en mi dibujo: rodeado de belleza y alegría pero incapaz de disfrutarla realmente".

Sus amigos reflexionaron sobre las palabras de Yesmy y decidieron ayudarla a encontrar la verdadera alegría que tanto anhelaba. Juntos pasaron tardes jugando al aire libre, compartiendo risas y creando recuerdos inolvidables. Con el tiempo, Yesmy empezó a sentir cómo esa tristeza que tanto la atormentaba se iba desvaneciendo poco a poco.

Aprendió que la verdadera alegría no siempre viene del exterior, sino que muchas veces está dentro de uno mismo esperando ser descubierta.

Y así fue como Yesmy dejó atrás su tristeza para dar paso a una nueva etapa llena de luz y felicidad. A partir de ese momento entendió que cada emoción tiene su lugar en nuestra vida y que lo importante es aprender a aceptarlas y superarlas para seguir adelante hacia un futuro brillante y lleno de posibilidades infinitas.

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