El Arte de la Amistad


ardín. Un día, mientras Ester se balanceaba en la hamaca, vio a un grupo de niñas jugando en el parque cercano.

Parecían divertirse mucho y Ester sintió una punzada de tristeza al darse cuenta de que no formaba parte de ese grupo. Decidió que era hora de hacer algo al respecto. Ester comenzó a pensar en cómo podría hacer amigos.

Recordó que le gustaba dibujar, así que decidió llevar sus lápices y papel al parque para mostrarles su talento a las otras niñas. Cuando llegó al parque, se acercó tímidamente al grupo y les mostró sus dibujos. "¡Hola! Me llamo Ester y me encanta dibujar", dijo emocionada. Las niñas miraron los dibujos con asombro y admiración.

Una niña llamada Sofía se acercó a ella y le dijo: "¡Tus dibujos son increíbles! ¿Te gustaría unirte a nuestro club de arte?"Ester no podía creerlo, finalmente había encontrado amigas que compartían su pasión por el arte.

A partir de ese día, Ester comenzó a pasar mucho tiempo con Sofía y las demás niñas del club de arte. Juntas pintaban hermosos cuadros e incluso organizaron una exposición en la escuela para mostrar su talento.

Sin embargo, aunque Ester estaba feliz con sus nuevas amigas del club de arte, todavía quería aprender a tocar el piano.

Un día, mientras paseaba por el centro comercial con su familia, vio una tienda de música con pianos expuestos en la ventana. "¡Papá, mamá, quiero aprender a tocar el piano!", exclamó Ester emocionada. Sus papás estaban encantados con la idea y decidieron inscribirla en clases de piano. Ester estaba muy emocionada por esta nueva oportunidad.

En las clases de piano, Ester conoció a su profesora Marta, una mujer amable y talentosa que le enseñó todo lo que necesitaba saber sobre el instrumento. Pronto, Ester comenzó a tocar canciones hermosas y se sintió orgullosa de sí misma.

Un día, mientras practicaba en casa, su hermana mayor Laura se acercó a ella y dijo: "Ester, me encanta escucharte tocar el piano. ¿Puedes enseñarme algunas notas?"Ester no podía creerlo. Su hermana quería aprender algo de ella.

Juntas comenzaron a practicar e incluso formaron un pequeño dúo musical para sorprender a sus padres en su próxima reunión familiar. Con el tiempo, Ester descubrió que tenía muchos talentos y pasiones diferentes.

Aprendió que no importaba cuántos amigos tuviera, sino la calidad de esas amistades y cómo compartían momentos especiales juntas. Desde ese momento, Ester nunca dejó de buscar nuevas formas de hacer amigos y explorar sus intereses.

Se dio cuenta de que al ser valiente y compartir sus talentos con los demás, siempre encontraría personas especiales dispuestas a unirse a ella en sus aventuras.

Y así fue como Ester encontró la felicidad rodeada no solo de amigas del club de arte o su familia, sino también de otras personas que admiraban su valentía y pasión por la vida.

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