El Arte de Ser Uno Mismo



Había una vez un niño llamado Tomás, quien desde muy pequeño descubrió su pasión por el arte y la creatividad. Desde que podía sostener un lápiz, dibujaba en cualquier papel que encontraba a su alcance.

Un día, mientras jugaba con su papá en el parque, le mostró uno de sus dibujos. "¡Qué talento tienes hijo!", exclamó su padre emocionado.

A partir de ese momento, Tomás se sintió aún más motivado para seguir practicando y mejorando su técnica. Pero no todo era dibujo en la vida de Tomás, también disfrutaba mucho ir a la escuela y participar en las clases de educación física. Era muy activo y le encantaban los deportes y juegos con sus amigos.

Un día, durante una clase de arte en la escuela, el profesor les propuso hacer una exposición con los mejores trabajos del curso.

Tomás estaba emocionadísimo con esta idea y se comprometió a hacer lo mejor posible para tener su obra expuesta. Sin embargo, cuando llegó el día de presentar sus dibujos al profesor notó algo extraño: todos los demás niños habían hecho trabajos similares entre sí pero completamente diferentes al estilo artístico único de Tomás.

De repente comenzaron a burlarse diciendo que parecía que había sido hecho por un niño pequeño o que no tenía sentido lo que había plasmado en papel.

Tomás se sintió muy triste e inseguro ante estas palabras tan hirientes hacia él y hacia su forma única e innovadora de expresarse artísticamente. "No entiendo por qué dicen esas cosas", dijo Tomás llorando a su papá cuando llegó a casa. "No te preocupes hijo, no dejes que las opiniones de los demás te afecten.

Sigue dibujando con toda tu creatividad y pasión, porque eso es lo que te hace especial", dijo su padre con una sonrisa. Tomás reflexionó sobre las palabras de su padre y decidió seguir adelante con su exposición.

Presentó sus dibujos tal como eran sin importarle lo que los demás dijeran. Para sorpresa de todos, la obra de Tomás fue seleccionada como la mejor del curso por el profesor y fue expuesta en la galería del colegio.

A partir de ese momento, Tomás se sintió más seguro y orgulloso de sí mismo por ser fiel a su estilo único e innovador.

Descubrió que no debía dejar que las opiniones negativas le impidieran seguir adelante con sus sueños y metas. Y así, Tomás siguió practicando el arte mientras disfrutaba también de la vida activa junto a su familia y amigos, siempre recordando que lo importante era ser auténtico consigo mismo.

FIN.

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