El ascensor mágico de Flor y sus amigos



Había una vez una linda y valiente niña llamada Flor que vivía en un edificio muy alto. Todos los días, Flor se encargaba de subir y bajar las escaleras para llegar a su departamento en el piso quince.

Pero un día, algo mágico ocurrió. Mientras Flor caminaba por el pasillo del edificio, vio un ascensor brillante frente a ella. Sin pensarlo dos veces, decidió entrar y ver a dónde la llevaría.

¡Y para su sorpresa, el ascensor comenzó a moverse hacia abajo! Flor estaba emocionada mientras observaba cómo las puertas del ascensor se abrían en cada piso. En el primer piso, salió una lavadora parlante que le dijo: "¡Hola! Soy Lila, la lavadora mágica.

¿Quieres venir conmigo?"Flor no podía creer lo que veía, pero decidió aventurarse con Lila. Juntas viajaron por todo el edificio mientras Lila le contaba historias sobre todas las prendas de ropa que había lavado.

En el segundo piso, encontraron a Víctor, un velador simpático con una linterna brillante. Víctor les mostró cómo iluminar los lugares oscuros y les habló sobre la importancia de mantener segura la comunidad.

A medida que seguían bajando por los pisos del edificio, Flor aprendió muchas cosas interesantes sobre diferentes objetos e incluso hizo nuevos amigos como Tina la televisión y Ramón el radiador. Finalmente, llegaron al último piso donde encontraron una puerta enorme cerrada con llave.

Pero antes de poder preguntar qué había detrás de esa puerta, escucharon un ruido extraño. Era el sonido de alguien llorando. Flor y sus amigos se acercaron a la puerta y encontraron a una niña llamada Valentina atrapada dentro de su habitación.

Había perdido las llaves y no podía salir. Flor, con su valentía y astucia, decidió usar todo lo que había aprendido en su viaje mágico para ayudar a Valentina.

Primero, Lila la lavadora usó su fuerza para empujar la puerta mientras Víctor iluminaba el camino con su linterna. Tina la televisión transmitió un programa educativo sobre cómo abrir cerraduras y Ramón el radiador calentó la cerradura para aflojarla.

Después de mucho esfuerzo, finalmente lograron abrir la puerta y rescatar a Valentina. Los cinco amigos celebraron juntos mientras Flor explicaba cómo cada uno había contribuido con sus habilidades especiales. Desde ese día, Flor siempre recordaría esa increíble aventura junto a sus nuevos amigos del edificio.

Aprendió que todos tenemos habilidades únicas que podemos utilizar para ayudarnos mutuamente y hacer del mundo un lugar mejor. Y así, Flor siguió viviendo en el edificio alto pero ahora sabía que nunca estaba sola.

Siempre tendría a Lila, Víctor, Tina y Ramón dispuestos a acompañarla en nuevas aventuras llenas de aprendizaje y amistad. Fin.

FIN.

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