El Ascensor Soñador
En un pequeño edificio de la ciudad, vivían varios personajes que se cruzaban a diario. Uno de ellos era un ascensor llamado Aser, que soñaba con ser más que un simple medio de transporte. Aser tenía una pantalla que mostraba los pisos y una calculadora que podía resolver cualquier operación matemática. Pero, lo más fascinante de Aser eran sus amigos: un montacargas llamado Monto y un grupo de pequeños sensores que siempre estaban alerta para ayudarlo.
Un día, Aser decidió que quería hacer algo grande. "Quiero ser el mejor ascensor del mundo y ayudar a todos los que me usan a hacer grandes cosas"-, les dijo a su grupo de amigos.
Monto se rió y dijo: "¿Y cómo lo vas a hacer, Aser?"-
"Con mi pantalla puedo mostrarles mensajes especiales. Por ejemplo, todos los días podríamos celebrar un 'Día del Aprendizaje'."-
Los sensores, pequeñas luces brillantes que estaban alrededor de Aser, se emocionaron. "¡Eso suena genial!"-, dijeron. Y así fue como Aser comenzó a compartir información.
Cada vez que alguien entraba al ascensor, Aser mostraba una pregunta matemática en su pantalla. Los usuarios que respondían correctamente podían ganar una pequeña sorpresa: una manzana de caramelo en el kiosco o un libro de cuentos de la biblioteca.
Pero un día, todo cambió. El edificio comenzó a temblar cuando un fuerte viento empezó a soplar. Aser se dio cuenta de que una tormenta se acercaba. "¡Montacargas! Necesito tu ayuda para ayudar a las personas a bajar rápidamente"-, gritó.
Monto, que siempre había sido un poco tímido, se armó de valor y respondió con determinación: "¡Vamos, Aser! Juntos podemos hacerlo"-.
Los sensores también trabajaron de manera perfecta, detectando el pánico en el aire. "Vamos a alertar a todos en el edificio para que puedan bajar en orden. ¡Es hora de usar nuestras habilidades!"-
Cada vez que la puerta del ascensor se abría, Aser mostraba un mensaje claro: "¡Todo el mundo, mantengan la calma! Sigan las instrucciones de Aser y Monto para evacuar en orden."-
Los habitantes del edificio comenzaron a confiar en el ascensor y el montacargas. Con cada viaje, la situación se volvía más organizada gracias a los consejos de Aser. De pronto, un niño se quedó atrapado en un piso alto. "¡Aser! No sé qué hacer, no puedo bajar"-, dijo el niño con voz temblorosa.
Aser, sin dudarlo, respondió: "No te preocupes, pequeño. ¡Yo estaré ahí! Monto, ¡subí rápidamente!"-
Gracias al trabajo en equipo, el niño logró bajar y todos los habitantes del edificio se reunieron en la planta baja, seguros y aliviados. Cuando la tormenta pasó y la calma regresó, Aser, Monto y los sensores se sintieron satisfechos.
Para celebrarlo, Aser anunció: "Este es nuestro primer 'Día del Aprendizaje' en el que demostramos lo mucho que podemos lograr trabajando juntos. A partir de hoy, ¡quedará como una tradición!"-
Todos rieron y aplaudieron, agradecidos por sus amigos mágicos. Desde ese día, el edificio no sólo fue un lugar donde las personas iban a vivir, sino un lugar donde todos aprendían, se ayudaban y soñaban en conjunto. Y así, Aser, Monto y los sensores, se convirtieron en los héroes de todos los días, recordando a todos lo importante que es trabajar juntos y soñar en grande.
FIN.