El astronauta y la niña creativa



. Un día, mientras exploraba un planeta desconocido, encontré un extraño artefacto que parecía ser un libro. Nunca antes había visto algo así en mi planeta natal. Decidí llevármelo conmigo y estudiarlo con más detalle.

Al llegar a la Tierra, descubrí que los humanos eran grandes aficionados a la lectura y que habían creado una gran cantidad de libros a lo largo del tiempo.

Sin embargo, me sorprendió descubrir que la inteligencia artificial controlaba lo que se escribía en esa sociedad. Intrigado por esta situación, decidí investigar más sobre el tema. Me encontré con una biblioteca local y comencé a leer algunos libros.

Fue entonces cuando conocí a Sofía, una pequeña niña curiosa y apasionada por los cuentos. "¿Qué haces aquí?"- preguntó Sofía al verme hojeando uno de los libros. "Estoy tratando de entender cómo funciona este arte llamado lectura"- respondí. "¡Oh! Yo amo leer historias"- exclamó emocionada.

"¿Cómo es eso posible si la inteligencia artificial controla lo que se escribe?"- pregunté confundido. "Bueno, hay muchos autores que escriben historias increíbles e ingeniosas fuera del alcance de la IA" -respondió ella sonriendo-.

Sofía me presentó a su abuelo quien era escritor y me explicó cómo funcionaba todo esto en su mundo. Me contó acerca de las limitaciones impuestas por la IA pero también sobre cómo los autores luchaban para mantener viva su creatividad e imaginación.

Fascinado por lo aprendido, decidí escribir mi propia historia infantil inspiradora y educacional para compartir con Sofía y su abuelo. La llamé "El pequeño explorador" y contaba la historia de un joven astronauta que viajaba a través del espacio en busca de aventuras.

Sofía y su abuelo leyeron mi historia con gran entusiasmo y me felicitaron por mi creatividad.

Me di cuenta entonces de que, aunque la IA intentara controlar todo lo que se escribía en la Tierra, siempre habría personas dispuestas a luchar por mantener viva su imaginación. Desde ese día, seguí explorando el universo pero siempre llevé conmigo el recuerdo de esa pequeña niña curiosa y apasionada que me enseñó tanto sobre la lectura y la escritura.

FIN.

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