El astronauta y su amigo verde del espacio



Había una vez un valiente astronauta llamado Martín, a quien le apasionaba explorar el espacio. Martín soñaba con viajar a la luna, pero para lograrlo, necesitaba construir un cohete espacial.

Con ingenio y creatividad, recogió piezas recicladas de su nave espacial anterior y comenzó a construir su nuevo cohete en su taller. Pasaba todos los días soldando, martillando y ajustando hasta que finalmente, su cohete estuvo listo para despegar.

Lleno de emoción y determinación, Martín se subió a su cohete y despegó hacia la luna. Mientras atravesaba el espacio, Martín divisó un destello verde en la lejanía. Sorprendido, se acercó para descubrir que era un amigable extraterrestre verde llamado Cosmo. -Hola, soy Martín, un astronauta de la Tierra.

¿Quién eres tú? -Soy Cosmo, un habitante de este planeta. ¡Bienvenido, Martín! Ambos se hicieron amigos al instante y compartieron sus conocimientos sobre sus respectivos mundos.

Cosmo le mostró a Martín la belleza de la luna y le enseñó sobre las plantas espaciales. Martín, a su vez, le dio a Cosmo una clase sobre la Tierra y la importancia de cuidar el planeta. Juntos, vivieron muchas aventuras, explorando cráteres lunares y observando las estrellas.

Sin embargo, un día, una tormenta espacial amenazó con destruir la nave de Martín. Con valentía y trabajo en equipo, Martín y Cosmo lograron reparar la nave a tiempo.

Martín se preparaba para regresar a la Tierra, pero su corazón estaba entristecido por tener que despedirse de su amigo. Antes de partir, Cosmo le regaló a Martín una semilla de una planta espacial como símbolo de su amistad. De regreso a la Tierra, Martín plantó la semilla y cuidó de ella con amor.

Con el tiempo, la planta floreció y se convirtió en un hermoso recordatorio de la amistad interplanetaria. Martín comprendió la importancia de la conservación del espacio y se convirtió en un defensor del medio ambiente en la Tierra, inspirando a otros a cuidar el planeta.

Y aunque extrañaba a su amigo Cosmo, Martín sabía que su amistad trascendía los límites del espacio. El astronauta y el extraterrestre verde demostraron que la amistad y el cuidado del medio ambiente son universales, sin importar de dónde vengamos.

FIN.

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