El aula ecoamiga de Laura


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Verde, una escuela muy especial llamada "Escuela Ecoamigos". En esta escuela, los niños y niñas aprendían no solo matemáticas y lengua, sino también la importancia de cuidar el medio ambiente.

En el aula de Laura, una niña curiosa y preocupada por el planeta, se llevaban a cabo muchas acciones para proteger la naturaleza.

Todo comenzó cuando el profesor Tomás les contó a todos los alumnos sobre la crisis ambiental que estaba enfrentando el mundo y cómo cada uno podía hacer la diferencia. "¿Qué podemos hacer nosotros para ayudar?", preguntó Laura con entusiasmo.

El profesor Tomás sonrió y les propuso a todos una idea: convertir su aula en un ejemplo de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente. Los niños aceptaron emocionados y se pusieron manos a la obra. Primero, decidieron implementar la separación de residuos. Colocaron diferentes tachos para papel, plástico, vidrio y orgánicos.

Así, aprendieron a reciclar adecuadamente y reducir la cantidad de basura que generaban. Luego, organizaron jornadas de limpieza en el patio de la escuela y en los alrededores.

Con guantes y bolsas, recogieron basura que encontraban tirada en la calle y plantaron árboles en espacios descuidados. "¡Vamos a hacer un huerto escolar!", propuso Martín, el mejor amigo de Laura. Así fue como empezaron a cultivar tomates, lechugas, zanahorias y otras verduras.

Aprendieron sobre la importancia de consumir alimentos frescos y locales para reducir la huella ecológica. Poco a poco, el aula de Laura se convirtió en un ejemplo para toda la escuela.

Otros cursos se sumaron al proyecto ecoamigable e incluso organizaron charlas informativas para concientizar a más personas sobre la importancia del cuidado del medio ambiente. Un día, recibieron una visita inesperada: un grupo de ecologistas reconocidos quería felicitarlos por su compromiso con el planeta.

Les entregaron diplomas y los invitaron a participar en campañas ambientales más grandes. "Estamos muy orgullosos de ustedes", dijo uno de los ecologistas. "Son un ejemplo inspirador para todas las personas que quieren marcar la diferencia". Laura sonrió radiante junto con sus compañeros.

Sabían que aún tenían mucho por hacer para proteger el medio ambiente, pero estaban seguros de que juntos podían lograrlo. Y así fue como en "Escuela Ecoamigos", cada acción por pequeña que fuera tenía un impacto positivo en el mundo.

Dirección del Cuentito copiada!