El auto espacial de la granja


En la granja del abuelo Tito, la vaca Susi, la jirafa Pepa y la gallina Lili eran muy amigas. Un día, mientras paseaban por el campo, se encontraron con un auto misterioso.

Tenía luces brillantes y un letrero que decía 'Auto espacial para la Luna'. Las tres amigas se miraron emocionadas e inmediatamente decidieron subirse al auto. Sin pensarlo dos veces, el auto rugió y despegó hacia el cielo.

La vaca, la jirafa y la gallina estaban tan emocionadas que no podían parar de reír ante la adrenalina de la aventura. -¡Vamos a la luna! -exclamó Pepa, la jirafa, con emoción. -¡Sí! ¡Vamos a descubrir cosas nuevas! -dijo Lili, la gallina, agitando sus alas.

Mientras tanto, Susi, la vaca, miraba por la ventana con una sonrisa enorme. El auto espacial atravesó nubes y estrellas hasta llegar a la luna. Al llegar, las amigas se asombraron al ver la superficie lunar llena de cráteres y rocas brillantes.

Decidieron explorar y saltar como si estuvieran en un juego.

De repente, Pepa la jirafa exclamó: -¡Miren allá, hay un grupo de conejos lunares bailando! Las tres amigas se unieron a la fiesta y comenzaron a bailar con los conejos, que saltaban y rebotaban con gracia. De repente, escucharon un ruido y vieron que el auto espacial estaba a punto de despegar sin ellas. -¡Corran! -gritó Lili, la gallina. Las tres amigas corrieron y lograron subirse justo a tiempo.

Con un suspiro de alivio, el auto espacial regresó a la granja del abuelo Tito. Al aterrizar, las amigas se abrazaron emocionadas, agradecidas por la aventura inolvidable que habían vivido juntas.

Desde ese día, la vaca, la jirafa y la gallina contaban a todos en la granja su increíble viaje a la luna, inspirando a otros animales a soñar en grande y explorar el mundo que los rodea.

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