El Auto Veloz Aprende a Ser Responsable



Había una vez en la ciudad de Buenos Aires un auto muy especial llamado Auto Veloz Paseo.

Era un auto deportivo rojo con líneas negras que hacían parecer que siempre estaba en movimiento, y tenía las ruedas más grandes y resistentes que jamás se hayan visto. Auto Veloz Paseo era el auto más rápido de toda la ciudad, y todos los niños lo admiraban y soñaban con manejarlo algún día.

Pero aunque era muy veloz, también era muy arrogante y creído. Un día, mientras corría a toda velocidad por las calles de la ciudad, Auto Veloz Paseo no vio un semáforo en rojo y chocó contra otro auto.

Afortunadamente, nadie resultó herido, pero su carrocería quedó bastante dañada. "¡Qué vergüenza! -se lamentaba Auto Veloz Paseo-.

¡Cómo puede ser que yo, el auto más rápido de la ciudad, haya cometido semejante error!"Fue entonces cuando apareció Don Taller Mecánico para ofrecerle ayuda:"No te preocupes amigo -dijo Don Taller-, puedo arreglar tu carrocería si me permites hacerlo". Auto Veloz Paseo aceptó humildemente la ayuda del mecánico y aprendió una valiosa lección sobre la importancia de ser responsable al conducir.

"Gracias por ayudarme a reparar mi carrocería -le dijo Auto Veloz Paseo a Don Taller-. Me di cuenta de que no solo es importante ser rápido al conducir sino también ser responsable".

A partir de ese momento, Auto Veloz Paseo comenzó a cambiar su actitud arrogante hacia los demás autos. Se hizo amigo de todos y siempre respetaba las reglas de tráfico. Un día, mientras conducía por la ciudad, vio que un auto estaba varado en medio de la carretera.

Sin pensarlo dos veces, Auto Veloz Paseo se acercó para ayudar al conductor. "¿Necesitas ayuda?" -preguntó Auto Veloz Paseo. "Sí, mi auto se ha descompuesto y no sé qué hacer" -respondió el conductor con preocupación.

Auto Veloz Paseo se ofreció a remolcarlo hasta el taller mecánico más cercano y así lo hizo. Cuando llegaron, el mecánico les explicó que había una pieza rota en el motor del auto averiado y que tardaría unos días en repararla.

Entonces Auto Veloz Paseo tuvo una idea:"¿Por qué no te presto mi carrocería para que puedas seguir moviéndote mientras reparan tu auto?"El hombre quedó sorprendido y agradecido por la generosidad de Auto Veloz Paseo.

Así que durante los próximos días, utilizaron su carrocería para ir al trabajo y llevar a sus hijos a la escuela. Esta experiencia enseñó a Auto Veloz Paseo sobre la importancia de ser solidario con los demás autos en momentos difíciles.

Finalmente, cuando el otro auto fue arreglado, su dueño le dijo a Auto Veloz Paseo:"Gracias por todo lo que hiciste por mí. No solo eres rápido sino también muy amable".

Auto Veloz Paseo sonrió con orgullo porque había aprendido una valiosa lección: no solo era importante ser rápido sino también responsable y solidario con los demás. Y así, Auto Veloz Paseo se convirtió en el auto más admirado y querido de toda la ciudad.

FIN.

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