El autocontrol de Malak
Había una vez un niño llamado Malak, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Se acercaba la época navideña y Malak estaba muy emocionado porque sabía que pronto recibiría sus regalos.
El día de Navidad finalmente llegó y Malak corrió hacia el árbol para ver qué había debajo. Había muchos regalos envueltos con papel brillante y cintas de colores. Malak comenzó a abrirlos uno por uno, descubriendo juguetes, libros e incluso ropa nueva.
Pero entonces, encontró un paquete especial envuelto en papel dorado con un moño rojo. Lo abrió rápidamente y se encontró con una caja grande llena de chocolates deliciosos.
Sus ojos se iluminaron de alegría al ver todas las diferentes formas y sabores. Malak decidió probar uno de los chocolates y lo disfrutó tanto que no pudo resistirse a comer otro... y otro más. Pronto, se dio cuenta de que había comido demasiados chocolates y su estómago empezó a doler.
Asustado, Malak fue corriendo a buscar a su mamá para contarle lo que había sucedido. Su mamá le dijo: "Malak, sé que los chocolates son deliciosos, pero es importante comerlos con moderación".
Ella lo llevó al baño para ayudarlo a sentirse mejor. Mientras esperaban en el baño, Mamá le contó una historia sobre la importancia de tener autocontrol y cuidar nuestro cuerpo. Le explicó cómo comer demasiados dulces puede causar problemas estomacales y afectar nuestra salud.
Después de escuchar atentamente, Malak entendió que debía aprender a disfrutar de los chocolates y otros dulces con moderación. Aprendió que la felicidad no provenía de comer grandes cantidades de comida, sino de disfrutarla en pequeñas porciones.
A partir de ese día, Malak decidió compartir sus chocolates con su familia y amigos. Aprendió a saborear cada bocado lentamente y apreciar el sabor sin excederse. También comenzó a hacer ejercicio regularmente para mantenerse saludable.
Con el tiempo, Malak se convirtió en un ejemplo para los demás niños del pueblo. Les enseñó sobre la importancia del autocontrol y cómo equilibrar una alimentación saludable con pequeños placeres como los chocolates.
Y así, gracias a su experiencia navideña con los chocolates, Malak aprendió una valiosa lección: que la moderación es clave en todo lo que hacemos. Desde entonces, disfrutó plenamente de cada Navidad sin perder el control y siempre recordaba compartir sus dulces con aquellos que lo rodeaban.
Y colorín colorado, esta historia ha terminado. ¡Felices fiestas!
FIN.