El autor y el niño curioso



Había una vez un autor de cuentos maravillosos llamado Tomás. Él se dedicaba a escribir cuentos que llenaban de alegría los corazones de los niños. Un día, Tomás decidió visitar una escuela para regalarles un cuento especial a los niños en el día del niño. Llevaba consigo su nuevo cuento titulado 'El misterio del bosque encantado'.

Al llegar a la escuela, los niños lo recibieron con entusiasmo. Tomás les habló sobre la importancia de soñar, imaginar y leer cuentos. Los niños lo miraban con ojos brillantes, ansiosos por escuchar un nuevo relato.

Tomás se sentó en medio de los niños y comenzó a leerles su cuento. - 'En un bosque muy lejano, había un árbol mágico que...'

En ese momento, un niño llamado Martín levantó la mano. - 'Sí, Martín ¿qué sucede?' preguntó Tomás. - 'Señor, ¿por qué el árbol es mágico? ¿Qué tipo de magia tiene?'

Tomás sonrió, encantado por la curiosidad del niño. Agradeció la pregunta y continuó la lectura, explicando con detalles la magia del árbol. Los niños escuchaban atentamente, fascinados por la historia.

Poco a poco, el cuento llevó a los niños a un viaje emocionante por el bosque encantado, lleno de personajes mágicos, aventuras y lecciones valiosas. Al terminar la lectura, los niños aplaudieron emocionados. Tomás les recordó la importancia de siempre cuestionar, aprender y explorar el mundo. Los niños se despidieron con abrazos y sonrisas, agradecidos por el hermoso cuento y la visita del autor.

Tomás se marchó de la escuela con el corazón lleno de alegría, sabiendo que había dejado un pedacito de magia en los corazones de aquellos niños curiosos.

FIN.

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