El Ave Herida



Había una vez un adorable ave llamada Pipo que vivía en un frondoso bosque. Un día, mientras volaba juguetonamente, Pipo fue empujado por una ráfaga de viento y terminó cayendo en un pozo profundo. Al caer, se lastimó una de sus alas y no podía volar. Pipo estaba asustado y dolorido, y no sabía cómo salir del pozo. Pero en lugar de rendirse, Pipo gritó pidiendo ayuda una y otra vez, esperando que sus hermanos, Marcelo, Lio, Accel y Sebastián, vinieran en su rescate.

"¡Hermanos! ¡Por favor, ayúdenme! Estoy atrapado en el pozo y estoy herido!" gritó Pipo con todas sus fuerzas.

Marcelo, el hermano del medio, asomó la cabeza por el borde del pozo y miró a Pipo con desdén. "¡Tú siempre te metes en problemas, Pipo! No tengo tiempo para rescatarte. Tengo cosas más importantes que hacer", dijo Marcelo antes de irse volando.

Lio, el hermano menor, se asomó a continuación. "Lo siento, Pipo, pero no puedo ayudarte. No tengo la fuerza para sacarte de ahí. ", murmuró Lio antes de alejarse con timidez.

Finalmente, Accel, el hermano mayor, y Sebastián, el más sabio, aparecieron al borde del pozo. "¿Qué vamos a hacer con él?" preguntó Accel, frunciendo el ceño.

"Deberíamos ayudarlo. Es nuestro hermano y nos necesita", respondió Sebastián con calma. Juntos, idearon un plan para rescatar a Pipo del pozo. Usaron una rama larga y fuerte para que Pipo pudiera aferrarse, y con mucho esfuerzo, lograron sacarlo del pozo.

Una vez fuera del pozo, Pipo agradeció a Accel y Sebastián por haberlo ayudado. "Gracias por estar ahí para mí. A veces, todos necesitamos ayuda, incluso los que vuelan alto", dijo Pipo con gratitud.

Desde ese día, Pipo aprendió la importancia de la solidaridad y la compasión. Se prometió a sí mismo ser más cuidadoso en el futuro, pero también estar allí para quienes lo necesitaran, al igual que Sebastián y Accel estuvieron para él. Juntos, los cuatro hermanos fortalecieron su vínculo y se prometieron ayudarse mutuamente en todo momento.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!