El Axolote Valiente



Había una vez, en un hermoso lago de México, un pequeño axolote llamado Axel. Axel era un axolote diferente a los demás: tenía unas branquias de un color vibrante que destacaban, pero su apariencia también lo hacía blanco de las bromas de otros animales del lago.

Un día, mientras nadaba cerca de un grupo de ranas, escuchó a una de ellas decir: "Mirá al axolote, parece una mariposa aburrida. ¿Qué va a saber de divertirnos?"

Axel sintió que su corazón se encogía. Por dentro, se preguntaba: "¿Por qué no puedo ser como los demás? ¿Por qué no les gusto?"

Con el tiempo, los comentarios hirientes no cesaron. Las ranas, los peces y hasta algunas tortugas hacían chistes a costa de su apariencia. Pero en lugar de rendirse, Axel decidió que, en vez de llorar, iba a demostrar que ser diferente era especial.

"¡Voy a aprender algo que nadie más en el lago puede hacer!" -se dijo. Determinado, Axel comenzó a practicar buceo profundo. Pasaba horas sumergiéndose, explorando el fondo del lago. Pronto, descubrió un hermoso mundo lleno de colores y criaturas extraordinarias.

Un día, mientras estaba en el fondo del lago, Axel encontró un antiguo cofre cubierto de algas. Con esfuerzo, logró abrirlo, y dentro descubrió coronas de piedra brillante y un cristal azul.

"¡Esto es increíble!" -exclamó. Justo en ese momento, un grupo de peces curiosos se acercó, mirándolo con asombro.

"¿Qué encontraste, axolote?" -preguntó un pez de colores vivos.

"No solo un tesoro, ¡sino también una oportunidad! Voy a hacer una fiesta para celebrar la diversidad y que todos se sientan bienvenidos, sin importar cómo sean" -dijo Axel, lleno de entusiasmo.

Con gran dedicación, Axel empezó a organizar su fiesta. Invité a todos los animales del lago y preparó un espectáculo con luces que iluminaban el agua y la música que los peces hacían al nadar.

El día de la fiesta, el lago se llenó de diversión. Los animales comenzaron a bailar y a disfrutar de la decorada orilla, y, sorprendentemente, se acercaron algunos de los que solían burlarse de Axel.

"No puedo creer lo colorido y maravilloso que es todo esto" -dijo una rana, mirando las coronas que adornaban el lago.

"Parece que hay mucho aquí que no sabíamos" -agregó un pez.

Axel, emocionado, decidió brindar un discurso. "Gracias a todos por venir. Hoy celebramos nuestra diversidad. Cada uno de nosotros es único, con talentos y cualidades especiales. ¡Ser diferente es lo que nos hace grandiosos!"

La fiesta fue un éxito. Todos se divirtieron, y aquellos que alguna vez habían sido crueles con Axel estuvieron entre los que más disfrutaron. Al final de la noche, una de las ranas se acercó a Axel y le dijo:

"Siento mucho haberte hecho sentir mal antes. Creo que a veces no nos damos cuenta de lo valiosos que somos todos. Vos me enseñaste a ver la belleza en la diferencia."

Desde ese día, las ranas, los peces, las tortugas y todos los animales del lago recordaron la importancia de tratar a los demás con respeto. Axel se convirtió en el héroe del lago y el símbolo de que ser diferente es una fortaleza.

Axel, el antes callado axolote, ahora era un ejemplo de valentía y aceptación. Y cada vez que alguien necesitaba un consejo sobre cómo ser fuerte ante el bullying, todos lo buscaban a él.

Y así, Axel cumplió su sueño: no solo se superó a sí mismo, sino que ayudó a otros a celebrar sus diferencias. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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