El Baile de Ada en el Bosque Encantado



En un hermoso lugar mágico llamado el Bosque Encantado vivía una niña llamada Ada. Desde que era muy pequeña, a Ada le encantaba bailar.

Pasaba horas en el prado del bosque, moviéndose al ritmo del viento y la música de los pájaros. Su pasión por el baile parecía contagiar a todos los seres mágicos del bosque, quienes admiraban la gracia y la alegría con la que se movía.

Un día, mientras bailaba en el prado, Ada escuchó una melodía encantadora proveniente del corazón del bosque. Sin pensarlo dos veces, siguió el sonido de la música hasta llegar a un claro donde se encontró con una hermosa hada de nombre Lila.

"¡Hola, Ada! Veo que te encanta bailar tanto como a mí", dijo la hada con una sonrisa. "Sí, bailar es mi pasión", contestó Ada emocionada. Lila le explicó que el Bosque Encantado estaba organizando un gran baile al que estaban invitados todos los habitantes del bosque.

"Me encantaría que fueras la estrella del baile, Ada. Tu gracia y alegría contagiarán a todos y harán que esta noche sea inolvidable", le dijo Lila, depositando una pequeña varita mágica en las manos de la niña.

Ada no podía creerlo, ¡iba a ser la estrella del baile en el Bosque Encantado! Sin embargo, la emoción de Ada se vio opacada cuando recordó que no tenía un vestido especial para la ocasión. Afortunadamente, la hada Lila le ofreció su ayuda.

Utilizando su varita mágica, Lila creó el vestido más hermoso que Ada jamás había visto. El vestido brillaba con destellos de luz y, al tocarlo, Ada sintió una energía cálida recorrer todo su cuerpo.

Llegó la noche del gran baile y el Bosque Encantado estaba iluminado por cientos de luciérnagas que bailaban al compás de la música. Ada, con su vestido mágico, deslumbró a todos con su increíble baile.

Los animales del bosque se reunieron a su alrededor para verla, y hasta los árboles se movían al ritmo de la música. La magia del bosque se sentía más intensa que nunca. Después de su presentación, Ada fue ovacionada por todos y se sintió la más feliz del mundo.

Cuando regresó a su casa, guardó su vestido mágico como su tesoro más preciado. Desde entonces, Ada siguió bailando en el Bosque Encantado, llevando alegría y magia a todos sus habitantes.

Y cada vez que lo hacía, recordaba la importancia de seguir sus sueños y compartir su pasión con el mundo. Todos en el Bosque Encantado vivieron felices y llenos de magia para siempre.

FIN.

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