El baile de la abuela Lola



Había una vez un niño llamado Joaquín que amaba pasar tiempo con su abuela Lola. Cada vez que iba a visitarla, ella lo llevaba de paseo por el parque y le contaba historias divertidas sobre cuando ella era joven.

Pero había algo que Joaquín no disfrutaba tanto como los paseos: dormir. Cada noche, Joaquín se quedaba despierto hasta tarde jugando videojuegos o viendo televisión. A la mañana siguiente, siempre estaba cansado y malhumorado.

Su abuela Lola intentó hablar con él muchas veces sobre la importancia del sueño, pero nada parecía funcionar. Un día, mientras caminaban por el parque, Lola notó que Joaquín tenía mucha menos energía de lo normal.

Él arrastraba los pies y bostezaba constantemente. Preocupada por su nieto, decidió hacer algo diferente ese día. "Joaquín, ¿te parece si en lugar de caminar hoy hacemos otra cosa?" preguntó Lola con una sonrisa misteriosa en el rostro. "¿Qué cosa?" preguntó Joaquín curioso.

"Bailar"  respondió Lola mientras sacaba un pequeño radio portátil de su bolso y encendía la música. Joaquín miró a su abuela sin entender bien qué estaba pasando.

Pero antes de que pudiera decir algo más, Lola comenzó a moverse al ritmo de la música. Poco a poco fue animando a Joaquín para que bailara junto a ella. Al principio él se sintió incómodo y torpe, pero pronto empezó a disfrutarlo cada vez más.

Bailaron durante horas hasta que finalmente, agotados pero felices, se sentaron a descansar en un banco. "Abuela, nunca había bailado tanto" dijo Joaquín sonriendo. "Bueno mi amor, el baile es una forma divertida de hacer ejercicio y gastar energía.

Además, si bailas lo suficiente por la noche te aseguro que dormirás como un bebé" explicó Lola con una sonrisa sabia en el rostro. A partir de ese día, Joaquín empezó a practicar más el baile.

Descubrió que era divertido y le ayudaba a liberar tensiones. Y lo mejor de todo: ¡por fin podía dormir bien! Su abuela Lola estaba muy orgullosa de él y juntos siguieron bailando cada vez que tenían oportunidad.

Desde entonces, cada vez que Joaquín iba a visitarla, ella le preguntaba:"¿Joaquín qué quieres hacer hoy? ¿Paseo? ¿Dormir? ¿Baile?"Y él siempre respondía con una gran sonrisa:"¡Bailemos abuela!"

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!