El Baile de la Amistad



Había una vez en el reino de Tarariras, una pequeña princesa llamada Lara. Lara tenía 7 años y le encantaba bailar.

Su color favorito era el rojo, y siempre llevaba un vestido rojo brillante que combinaba a la perfección con su cabello castaño y sus ojos chispeantes. Lara vivía en un hermoso castillo junto a su madrina, quien la crió con amor y dedicación desde que era solo una bebé.

La madrina de Lara era su mejor amiga y confidente, siempre dispuesta a escucharla y ayudarla en todo lo que necesitara. Un día, mientras paseaba por los jardines del castillo, Lara se encontró con un hada mágica que estaba en apuros.

El hada había perdido su varita mágica y no podía hacer que las flores del jardín volvieran a florecer. "¿Puedo ayudarte?", preguntó Lara con entusiasmo. El hada miró a la pequeña princesa con esperanza en los ojos y le explicó la situación.

Lara no dudó ni un segundo en ofrecer su ayuda. Juntas buscaron por todo el jardín hasta que finalmente encontraron la varita mágica escondida detrás de un rosal. "¡Lo logramos!", exclamó Lara emocionada.

El hada agradeció a la princesa por su amabilidad y le concedió un deseo como muestra de gratitud. Sin embargo, Lara sabía exactamente qué pedir: quería organizar un gran baile en el castillo para todos los niños del reino.

La noticia del baile se extendió rápidamente por Tarariras, y pronto llegaron niños de todas partes para disfrutar de la fiesta organizada por la valiente princesa Lara. Había música, comida deliciosa y juegos divertidos para todos.

Durante el baile, Lara se dio cuenta de algo muy importante: no importaba si eras príncipe o plebeyo, lo que realmente importaba era ser amable, generoso y estar dispuesto a ayudar a los demás.

Al final de la noche, cuando todos se despedían felices después de haber pasado momentos inolvidables juntos, Lara sintió una enorme alegría en su corazón. Sabía que había hecho algo especial al traer tanta felicidad a los niños del reino gracias a su bondad y valentía.

Desde entonces, cada año se celebraba el baile anual en el castillo de Tarariras como símbolo de unidad y amistad entre todos los habitantes del reino.

Y la pequeña princesa Lara seguía bailando feliz bajo las estrellas, recordando siempre que el verdadero poder reside en hacer el bien sin esperar nada a cambio.

FIN.

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