El Baile de la Amistad en Buenos Aires



Había una vez en la ciudad de Buenos Aires un fantasma travieso que se había apoderado de todas las calles y edificios.

Este fantasma no era malo, pero sus travesuras estaban causando muchos problemas a los habitantes de la ciudad. Las personas estaban asustadas y preocupadas por lo que el fantasma podría hacer a continuación. Se escondían en sus casas y evitaban salir a la calle, lo que estaba afectando la vida cotidiana de todos.

Un día, un niño llamado Mateo decidió enfrentar al fantasma y encontrar una solución pacífica para devolverle la tranquilidad a la ciudad. Armado con valentía y determinación, Mateo salió a recorrer las calles en busca del travieso espectro.

Al llegar al centro de la ciudad, Mateo encontró al fantasma jugando con las luces de neón de un teatro.

El niño se acercó lentamente y le dijo:- ¡Hola! Soy Mateo, ¿por qué estás causando tanto alboroto en nuestra querida Buenos Aires? El fantasma se sorprendió al ver a alguien dispuesto a hablarle amablemente y le contó que solo quería divertirse porque se sentía solo.

Mateo comprendió que el fantasma necesitaba compañía y cariño, así que le propuso ser su amigo y enseñarle formas más positivas de divertirse sin asustar a nadie. Juntos recorrieron la ciudad ayudando a reparar los daños causados por las travesuras del fantasma.

Pintaron grafitis coloridos en las paredes grises, limpiaron parques llenos de basura y organizaron fiestas para alegrar a los vecinos. Poco a poco, el fantasma fue ganándose el cariño de todos gracias a su nueva actitud amigable y servicial.

La ciudad volvió a brillar con alegría y vitalidad gracias al trabajo en equipo entre Mateo y el simpático espectro.

Finalmente, llegó el día en que el fantasma decidió partir hacia nuevos horizontes, pero esta vez despidiéndose con una gran celebración donde todos le dieron las gracias por todo lo bueno que había traído a sus vidas. Desde entonces, Buenos Aires siguió siendo una ciudad llena de magia y diversión, donde la amistad entre un niño valiente y un fantasmita travieso demostró que cualquier problema puede resolverse cuando trabajamos juntos con amor y comprensión.

FIN.

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