El Baile de las Culturas
En un tranquilo pueblo llamado Arcoiris, habitaban familias de diferentes culturas y tradiciones.
Había la familia García, que celebraba las festividades mexicanas con coloridos altares, la familia Kim, que preparaba exquisitos platos de comida coreana, y la familia Ababa, que llenaba el aire con sus ritmos africanos. A pesar de todas estas diferencias, los habitantes del pueblo se llevaban muy bien, pero en el fondo, a todos les costaba entender por completo las costumbres de los demás.
Un día, la maestra Toñita tuvo una brillante idea para enseñarles a sus alumnos la importancia de la diversidad cultural. -¡Hoy vamos a preparar el Baile de las Culturas! –anunció la maestra con entusiasmo. Los niños se miraron intrigados.
-¿Qué es eso, seño? –preguntó curioso Juanito. -Es una celebración donde cada familia representará su cultura a través de la danza. Además, será una forma de aprender, respetar y valorar las diferencias entre todos –explicó la maestra Toñita.
Los niños se emocionaron con la idea y corrieron a contarles a sus padres. Las familias del pueblo se pusieron manos a la obra para preparar sus trajes y coreografías. Llegó el día del baile, y el ambiente se llenó de emoción y expectativa.
La familia García bailó al ritmo de la música mexicana, con faldas amplias y sombreros coloridos. Luego, la familia Kim sorprendió a todos con un baile folclórico coreano, lleno de gracia y elegancia.
Finalmente, la familia Ababa hizo que todos se contagiara con sus movimientos al ritmo de los tambores africanos. Los aplausos y ovaciones resonaron en el salón. Al final de las presentaciones, todos se unieron en un gran baile, mezclando los pasos de todas las culturas.
Fue entonces que los habitantes de Arcoiris comprendieron la belleza de la diversidad cultural. -¡Aprendimos que cada cultura es especial a su manera y que podemos celebrar nuestras diferencias juntos! –exclamó la maestra Toñita.
Desde ese día, en el pueblo de Arcoiris, las familias celebraron juntas las festividades de cada cultura. Los niños aprendieron a respetar, valorar y apreciar la riqueza que aporta la diversidad cultural.
Y así, gracias al Baile de las Culturas, el pueblo se convirtió en un lugar donde la tolerancia y el respeto hacia las diferencias culturales florecieron para siempre.
FIN.