El baile de las estrellas marinas
Había una vez en un lejano océano, un grupo de peces curiosos y juguetones que vivían entre las olas. Todos los días exploraban su hogar marino con alegría y entusiasmo, descubriendo nuevos tesoros escondidos en las profundidades del mar.
Un día, mientras nadaban cerca de la superficie, los peces vieron algo brillante que destellaba entre las olas. Se acercaron con cautela y asombro, y descubrieron que era una hermosa estrella de mar que les guiñaba el ojo.
"¡Hola amiguitos! ¿Les gustaría bailar conmigo?", les preguntó la estrella con una sonrisa radiante. Los peces se miraron sorprendidos y emocionados. Nunca habían bailado con una estrella de mar antes, pero la idea les parecía muy divertida.
"¡Sí, sí! ¡Queremos bailar contigo!", exclamaron al unísono los peces. La estrella de mar comenzó a moverse con gracia y elegancia entre las olas, creando remolinos de luz y color a su alrededor.
Los peces lo imitaron torpemente al principio, pero pronto empezaron a disfrutar del ritmo de la música del océano y a bailar con más soltura.
Durante horas, los peces y la estrella de mar danzaron juntos en perfecta armonía, creando un espectáculo mágico que atrajo a otros habitantes marinos curiosos a unirse a ellos. Medusas delicadas se balanceaban suavemente, caballitos de mar giraban en círculos elegantes y delfines saltaban jubilosos al compás de la música.
Poco a poco, los peces aprendieron nuevas formas de moverse bajo el agua, descubriendo que cada uno tenía su propio ritmo único para expresarse a través del baile. La alegría llenaba el océano mientras todos se dejaban llevar por la magia del momento.
Al finalizar la jornada, exhaustos pero felices, los peces se despidieron cariñosamente de su nueva amiga la estrella de mar. "¡Gracias por enseñarnos a bailar como nunca antes lo habíamos hecho! ¡Eres increíble!", le dijeron emocionados.
La estrella les dedicó una última sonrisa brillante antes de sumergirse en las profundidades del océano. Desde ese día, los peces recordaron siempre aquella experiencia única e inspiradora que compartieron con la estrella de mar.
Aprendieron que no hay límites para la creatividad ni para la diversión cuando se está dispuesto a probar cosas nuevas y abrirse a nuevas amistades en el camino.
FIN.