El baile de las mariposas valientes


Había una vez, en un prado colorido y lleno de flores, una comunidad de mariposas que vivían felices revoloteando de flor en flor. Sin embargo, un grupo de avispas malvadas las maltrataba constantemente, impidiéndoles disfrutar plenamente de su hogar.

Un día, cansadas del maltrato constante, las valientes mariposas decidieron hacer algo al respecto. Se reunieron en secreto y planearon salir a bailar al amanecer para demostrar su fuerza y unidad.

Bailarían con gracia y alegría para mostrarle al mundo que merecían respeto y amor. La mañana siguiente, el sol comenzó a iluminar el prado mientras las mariposas salían una por una a bailar.

Sus alas brillaban bajo la luz del sol mientras se movían al compás de la naturaleza. Las flores se mecían al ritmo de su baile, y los pajaritos cantaban melodías alegres para acompañarlas. "¡Qué hermosas son nuestras mariposas! ¡Debemos respetarlas y cuidarlas!" exclamó un ruiseñor emocionado.

Pero justo cuando todo parecía ir bien, las avispas malvadas aparecieron furiosas por el espectáculo de las mariposas. Con saña en sus ojos, comenzaron a regar polvo violeta por todas las colmenas para entristecer a las valientes bailarinas.

Las pobres mariposas tosieron y estornudaron mientras veían cómo sus alas se cubrían lentamente con el polvo violeta. A pesar del malestar que les causaba, continuaron bailando con determinación y valentía.

"¡No permitiremos que nos detengan! ¡Somos fuertes juntas!" gritó Valeria, la líder de las mariposas. El polvo violeta no logró opacar la belleza ni la determinación de las mariposas. Su baile seguía siendo tan hermoso como siempre, inspirando a todos los seres del prado con su coraje inquebrantable.

Finalmente, después de horas de resistencia contra el polvo violeta, las avispas se rindieron ante la fuerza imparable de las mariposas. Prometieron respetarlas y dejarlas vivir en paz en el prado sin más interferencias ni maltratos.

Las mariposas celebraron su victoria con un último baile bajo el cielo anocheciendo. Bailaron hasta que las estrellas salieron a brillar en lo alto, iluminando su camino hacia un futuro lleno de esperanza y amor.

Y desde ese día en adelante, nunca más se derramó polvo violeta sobre aquellas valientes mariposas. Vivieron libres y felices en su prado colorido, recordando siempre que juntas podían superarlo todo con amor y unidad.

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