El baile de los planetas



Había una vez en el espacio, en un sistema solar muy lejano, un grupo de planetas que soñaban con bailar juntos.

Marte quería moverse con gracia, Venus ansiosa por brillar con su luz, y Júpiter listo para ser el líder del baile. Pero Saturno, el planeta más tímido, tenía miedo de no encontrar su lugar en la coreografía.

Un día, el sol, que siempre observaba con cariño a los planetas, les propuso que organizaran un baile para celebrar su armonía cósmica. Los planetas se emocionaron y comenzaron a ensayar sus movimientos bajo la atenta mirada del sol.

La noche del gran baile, todos los astros del universo se congregaron para presenciar el espectáculo.

Marte deslumbraba con sus giros veloces, Venus irradiaba su brillo especial, y Júpiter lideraba con elegancia. Sin embargo, Saturno se retorcía nervioso, sin encontrar el ritmo que lo representara.

Entonces, el sol se acercó y le recordó que su belleza única residía en sus anillos, y que debía bailar mostrándolos con orgullo. Al escuchar estas palabras, Saturno cobró confianza y comenzó a moverse al compás de la música, deslumbrando a todos con la magnificencia de sus anillos.

Al final del baile, los planetas se unieron en un abrazo cósmico, agradecidos por haber compartido ese momento de armonía y aceptación.

Desde entonces, cada vez que los niños observan el cielo estrellado, recuerdan que, al igual que los planetas, cada uno tiene su brillo especial y su lugar único en el universo. Y así, el baile de los planetas inspira a todos a abrazar la diversidad y celebrar la belleza de ser uno mismo.

FIN.

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