El Baile de los Sueños



Un día, Ana Paula estaba en su casa practicando sus pasos de baile favoritos. Movía los pies al ritmo de la música y dejaba que su cuerpo se expresara libremente.

Morena llamó a la puerta y entró en la habitación. "¡Hola Ana Paula! ¿Qué estás haciendo?" preguntó curiosa. "Estoy practicando para mi clase de danza", respondió Ana Paula emocionada. "¡Guau! Eso suena divertido.

¿Puedo ver lo que estás haciendo?", preguntó Morena con una sonrisa en el rostro. Ana Paula asintió y comenzó a bailar para su amiga. Morena quedó impresionada por los movimientos gráciles y las piruetas que hacía Ana Paula. "¡Eres increíble!" exclamó Morena cuando Ana Paula terminó de bailar.

"Gracias, Morena", dijo Ana Paula sonriendo. "Me encanta bailar porque me hace sentir feliz y libre". Morena pensó durante unos segundos antes de decir: "¿Sabes qué? Me gustaría aprender a bailar contigo". Ana Paula saltó de alegría.

"¡Eso sería genial! Podríamos ir juntas a clases de danza". Así fue como Ana Paula y Morena comenzaron a tomar clases juntas. Aprendieron nuevos pasos cada semana y se divirtieron mucho haciéndolo juntas.

Un día, cuando llegaron a clase, descubrieron que habría una audición para un espectáculo importante en la ciudad. Las dos niñas decidieron presentarse juntas como pareja de baile. Durante semanas trabajaron duro ensayando sus movimientos hasta que finalmente llegó el día de la audición.

La sala estaba llena de gente y los nervios se apoderaron de ellas. Cuando les tocó el turno, Ana Paula y Morena subieron al escenario y comenzaron a bailar. Sus movimientos eran perfectamente sincronizados y llenos de energía.

Al finalizar, recibieron una gran ovación del público. Después de unos días, las dos amigas recibieron una llamada informándoles que habían sido elegidas para participar en el espectáculo. Estaban emocionadas por la oportunidad de mostrar su talento en un escenario tan grande.

El día del espectáculo llegó rápidamente. Ana Paula y Morena se presentaron ante una audiencia masiva y deslumbraron con su baile. Al finalizar, recibieron una ovación aún mayor que la vez anterior.

Ana Paula estaba feliz porque había logrado compartir su pasión por el baile con su mejor amiga. Además, aprendió que cuando trabajas duro para lograr algo que te gusta, puedes alcanzar tus metas más grandes.

"¡Gracias por ser mi amiga!" dijo Ana Paula emocionada mientras abrazaba a Morena después del espectáculo. "¡Gracias a ti también! Nunca hubiera descubierto lo divertido que es bailar si no fuera por ti", respondió Morena sonriendo.

Desde ese día en adelante, Ana Paula y Morena siguieron tomando clases juntas y explorando nuevas formas de expresarse a través del baile. Y siempre recordaron la lección importante que aprendieron: nunca debes tener miedo de perseguir tus sueños con todas tus fuerzas.

FIN.

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