El Baile del Cumpleaños Mágico
Era una tarde soleada en el pequeño pueblo de Valle Dorado, y todos estaban emocionados por el cumpleaños de Margot, que cumplía 15 años. La casa estaba decorada con globos de colores y una gran pancarta que decía '¡Feliz Cumpleaños, Margot!'. Su mejor amigo, Leo, había preparado una sorpresa muy especial para ella.
Cuando llegó el momento de celebrar, Margot miró a su alrededor y se sintió muy feliz. Todos sus amigos se habían reunido para darle una fiesta inolvidable. Sin embargo, había un pequeño secreto que guardaba Leo en su corazón: él estaba enamorado de Margot, pero nunca se había atrevido a decírselo.
Después de un rato de juegos y risas, Leo se acercó a Margot. Era un momento especial y su corazón latía con fuerza.
"Margot, ¿te gustaría bailar?" - le preguntó con una sonrisa nerviosa.
"¿Bailar? ¡Claro!" - respondió Margot, con los ojos brillantes.
Leo tomó con suavidad las manos de Margot y la llevó hacia el centro del jardín, donde había un pequeño espacio libre. La música comenzó a sonar y, bajo el cielo azul, empezaron a danzar. Los demás amigos se unieron y formaron un círculo alegre a su alrededor.
Mientras giraban y se movían, Margot se sintió como si estuviera en un cuento de hadas. Pero, de repente, la música se detuvo. Un viento fuerte sopló y arrastró algunos globos, dejando todo un poco más silencioso. El grupo miró hacia arriba, confundido.
"¿Qué fue eso?" - preguntó uno de los amigos.
"No lo sé, pero parece que algo está cambiando en el aire…" - respondió Leo, intentando mantener la calma.
Justo en ese momento, apareció una vieja y mágica mariposa dorada que voló en círculos sobre ellos. El grupo se quedó asombrado, y Leo tomó valor para hablar.
"Margot, tengo algo que decirte…" - comenzó Leo, sintiendo que el momento era perfecto.
"¿Qué es, Leo?" - preguntó Margot, con curiosidad.
"Desde hace tiempo, he estado enamorado de vos, y quería que supieras que eres muy especial…"
Margot sonrió, sintiendo mariposas en el estómago, pero antes de que pudiera responder, la mariposa dorada se posó en su mano y, de repente, un destello de luz los envolvió. Todos comenzaron a reírse, deslumbrados por lo que estaban viendo.
"¡Es la magia del cumpleaños!" - exclamó uno de los amigos, intentando atrapar la mariposa. Pero la mariposa se elevó nuevamente en el aire, llevando consigo una canción de risa en sus alas.
Con la música de nuevo, Margot dio un paso adelante, miró a Leo y dijo:
"No puedo creer lo que está pasando. ¡Gracias por este baile y por ser tan valiente!"
"¿Entonces no te molesta que te lo haya dicho?" - preguntó Leo, con un leve temblor en su voz.
"¡Para nada! Me hace feliz saber lo que sientes. También quería decírtelo, pero no sabía cómo…"
Ambos sonrieron al darse cuenta de que sus corazones latían en la misma sintonía. La mariposa dorada giró a su alrededor, como si celebrara su emocionante descubrimiento. La música sonó más fuerte y los amigos comenzaron a bailar de nuevo, creando momentos de alegría y complicidad.
La fiesta continuó repleta de risas y juegos, pero Margot y Leo se miraban con complicidad, sabiendo que había comenzado una hermosa etapa en su amistad. Las estrellas empezaron a brillar en el cielo, y, en ese instante mágico, todos comprendieron que no solo estaban celebrando un cumpleaños, sino también el valor de ser sinceros consigo mismos y con los demás.
Y, así, Margot cumplió 15 años, y su camino junto a Leo se llenó de aventuras, risas y bailes. Y cada año que pasaba, recordaban siempre aquel cumpleaños mágico que les enseñó el poder de la amistad y el amor.
FIN.