El baile del Pato Salchicha y el Cocodrilo Perdido



Era un día soleado en el Bosque Colorido, donde todos los animales disfrutaban de la música y el baile. Entre ellos, vivía un pato llamado Salchicha, que tenía el sueño de ser el mejor bailarín del bosque. Aunque sus patitas eran cortitas, su corazón era gigante y su amor por el baile lo hacía brillar. Un día, mientras practicaba sus pasos, conoció a un cocodrilo llamado Coco, que parecía estar muy triste.

- ¿Por qué estás tan triste, amigo? - le preguntó Salchicha.

- Me llamo Coco y estoy perdido. Busco a mis amigos, pero no sé cómo volver a casa - respondió el cocodrilo con un susurro.

- ¡No te preocupes! ¡Te ayudaré a encontrarlos! - dijo Salchicha con una sonrisa.

Salchicha y Coco pusieron rumbo hacia el río, donde Coco solía jugar con sus amigos. Pero al llegar, no encontraban a ninguno. Salchicha, viendo la tristeza de Coco, decidió que tenía que hacer algo especial para levantar su ánimo.

- ¡Voy a organizar un baile! Así podremos invitar a todos y quizás, a tus amigos también! - exclamó Salchicha emocionado.

Coco, aunque estaba algo confundido, se dejó llevar por el entusiasmo de su nuevo compañero. Juntos, comenzaron a preparar su fiesta de baile. Salchicha enseñó a Coco algunos pasos de baile, aunque al principio no le salían muy bien.

- ¡No te preocupes! Todos aprendemos de a poco, lo importante es disfrutar - le dijo Salchicha mientras movía sus patitas con gracia.

Finalmente, llegó el día del gran baile. Salchicha decoró el claro del bosque con flores de colores y puso música alegre. Poco a poco, los animales empezaron a llegar, y con ellos, la alegría invadió el lugar.

En medio de la fiesta, Salchicha tomó el micrófono.

- ¡Queridos amigos! Hoy estamos aquí no solo para bailar, sino para ayudar a mi amigo Coco a encontrar a sus amigos. Si los ven, ¡por favor, díganles que vengan a la fiesta!

Todos los animales aplaudieron y comenzaron a bailar. Coco se fue sintiendo más cómodo y empezó a disfrutar del momento. De repente, en medio del bullicio, una pequeña tortuga se acercó a ellos.

- ¡Coco! ¡Te estaba buscando! - gritó la tortuga con alegría.

- ¡Tortuga! - exclamó Coco. - ¡Me alegra verte! ¡He estado perdido, pero Salchicha me ayudó!

- ¡Vengan! ¡Todos mis amigos están en el estanque! - dijo la tortuga emocionada.

Con el corazón lleno de entusiasmo, Salchicha y Coco siguieron a la tortuga hasta el estanque. Para su sorpresa, allí estaban todos los amigos de Coco, listos para celebrar y bailar. Coco estaba tan feliz que no pudo evitar dar un gran salto en el agua, salpicando a todos.

- ¡Gracias, Salchicha! ¡Nunca lo hubiera logrado sin ti! - dijo Coco con una gran sonrisa.

- ¡Siempre estaré aquí para ayudarte, amigo! - respondió Salchicha, sintiéndose orgulloso.

El baile continuó y todos se divirtieron a lo grande. Salchicha se dio cuenta de que, aunque su sueño era ser un gran bailarín, lo que realmente importaba era ayudar a sus amigos y disfrutar juntos.

Desde ese día, Salchicha y Coco se convirtieron en los mejores amigos, y cada vez que organizaban un baile, nunca faltaba una invitación para ayudar a cualquiera que estuviera perdido, porque sabían que juntos, podrían superar cualquier obstáculo y llenar de alegría el corazón de los demás.

FIN.

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