El baile mágico de las flores al amanecer



En un hermoso jardín escondido en una colina, vivía una comunidad de flores mágicas. Todas las mañanas, al primer rayo de sol, las flores bailaban al compás de la brisa, pintando el aire con suaves movimientos y colores resplandecientes.

La más asombrosa de todas era Margarita, una elegante flor blanca con pétalos que parecían bailar con el viento. Margarita siempre soñaba con viajar, explorar el mundo y conocer nuevas tierras, pero se sentía atada a su raíz y creía que nunca viviría sus sueños.

Un día, llegó al jardín una hada llamada Aurora, quien poseía el poder de conceder un deseo a cualquier ser mágico que demostrara valentía y bondad. Margarita, emocionada, se acercó a Aurora y le contó su deseo de viajar y explorar. Aurora sonrió y le dijo: "Si demuestras tu valentía enfrentando tus miedos, haré que tus raíces no te detengan, y podrás bailar por el mundo entero".

Determinada a cumplir su sueño, Margarita se preparó para enfrentar su desafío. Con el apoyo de sus amigas flores, practicó cada día nuevos pasos de baile, fortaleciendo su coraje y confianza. Finalmente, cuando el sol se asomó en el horizonte, Margarita dio un salto, desenraizando sus raíces y liberando sus pétalos, entendiendo que su verdadera fuerza estaba en su determinación.

Aurora observó con orgullo el valiente baile de Margarita, y con un toque de su varita, convirtió sus pétalos en alas brillantes. Ahora, Margarita podía volar y explorar el mundo, llevando consigo la esencia mágica del jardín.

Así, Margarita emprendió un viaje por bosques, montañas y valles, compartiendo su alegría y baile con cada ser mágico que encontraba. Con el paso del tiempo, se convirtió en una leyenda, recordada por su valentía y su espíritu aventurero. Y cada amanecer, las flores danzaban al recordar a su valiente amiga, sabiendo que en cualquier lugar del mundo, Margarita seguía bailando con la misma intensidad que en su jardín natal.

FIN.

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