El baile para traer la lluvia
En un pequeño pueblo alejado de la ciudad vivían tres amigos: Ana, Juan y Carlos. A ellos les encantaba jugar bajo la lluvia, saltando en los charcos y riendo a carcajadas.
Sin embargo, un día el cielo se volvió gris y la lluvia desapareció. Los campos se secaron, los árboles perdieron su verdor y los animales sufrían por la falta de agua. Los tres amigos estaban tristes y preocupados por lo que estaba sucediendo.
Decidieron investigar y descubrieron que la sequía había llegado al pueblo. Ana, Juan y Carlos no podían quedarse de brazos cruzados, así que decidieron hacer algo al respecto.
Recordaron las historias de sus abuelos sobre el Dios de la lluvia, una antigua leyenda que hablaba del poder de la danza para atraer las lluvias. Sin dudarlo, los tres amigos se pusieron a bailar con todas sus fuerzas, moviéndose al ritmo del viento y haciendo reverencias al cielo.
Durante días, continuaron con su danza, manteniendo siempre la esperanza en sus corazones. Un día, mientras bailaban, escucharon un suave murmullo en el aire. Las nubes comenzaron a formarse en el cielo, el viento soplaba con fuerza y finalmente, las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer.
El pueblo entero celebró con alegría la llegada de la ansiada lluvia, y Ana, Juan y Carlos se abrazaron emocionados. Comprendieron que, a veces, es necesario luchar por lo que se quiere y mantener la esperanza viva.
Desde ese día, cada vez que veían nubes en el cielo, recordaban la importancia de cuidar y proteger la naturaleza. Jugar bajo la lluvia volvió a ser una rutina, pero esta vez, lo hacían con gratitud y respeto por el hermoso regalo del agua.
FIN.