El Baile Solidario de las Tres Abuelitas
Era una tarde soleada en el barrio de Flores, y Abu Norma, abu Vivi y tía Delia estaban sentadas en la vereda tomando mate.
De repente, se les ocurrió una idea emocionante: ¡salir a bailar! Las tres mujeres se levantaron de sus sillas con entusiasmo y comenzaron a planear su noche de joda. "¿A dónde podemos ir?", preguntó Abu Norma. "Yo he oído hablar de un lugar muy divertido cerca del centro", sugirió tía Delia.
"¡Genial! Hagamos planes para ir allí", exclamó abu Vivi. Las tres mujeres pasaron toda la tarde preparándose para su gran noche. Se pusieron sus mejores vestidos y se maquillaron hasta quedar radiantes.
Luego, tomaron un taxi hacia el sitio que había sugerido tía Delia. Cuando llegaron al lugar, las luces brillaban intensamente y la música sonaba fuerte.
Abu Norma, abu Vivi y tía Delia sintieron la emoción correr por todo su cuerpo mientras entraban al club nocturno lleno de gente bailando. "¡Esto es increíble!", gritó abu Vivi mientras movía los brazos al ritmo de la música. "¡Sí! ¡Vamos a disfrutar esta noche al máximo!", añadió tía Delia con una sonrisa enorme en el rostro.
Abu Norma estaba igualmente emocionada pero algo preocupada por no tener mucha experiencia en baile. Sin embargo, las otras dos mujeres le aseguraron que todo estaría bien y que lo importante era divertirse juntas esa noche.
Mientras bailaban sin parar, las tres mujeres se encontraron con personas interesantes y amables. Conversaron con ellos y compartieron risas. De repente, un hombre mayor se les acercó para preguntarles si querían bailar. "¡Sí!", respondieron las tres al unísono.
El hombre resultó ser un excelente bailarín y les enseñó algunos pasos que Abu Norma, abu Vivi y tía Delia nunca habían visto antes. Las mujeres estaban fascinadas por su habilidad en la pista de baile.
Pero entonces, algo inesperado sucedió: el hombre mayor comenzó a sentirse mal y se desmayó en medio del baile. Abu Norma rápidamente llamó a los paramédicos mientras tía Delia y abu Vivi lo ayudaban a levantarse del suelo. Los paramédicos llegaron pronto y atendieron al hombre enfermo.
Afortunadamente, estaba bien pero necesitaba ir al hospital para hacerse unos exámenes. Las tres mujeres lo acompañaron al hospital para asegurarse de que estaba bien antes de regresar a casa.
Mientras esperaban en la sala de espera, Abu Norma sugirió:"¿Por qué no hacemos una donación para ayudar a pagar los gastos médicos del señor? Él fue tan amable con nosotras". Tía Delia y abu Vivi estuvieron de acuerdo con la idea, así que hicieron una pequeña contribución monetaria.
Finalmente, después de asegurarse de que el hombre estaba estable e ingresado en el hospital bajo atención médica adecuada, las tres mujeres tomaron otro taxi hacia casa. "A pesar del incidente inesperado esta noche ha sido emocionante", dijo abu Vivi.
"Sí, hemos aprendido que incluso en las situaciones más inesperadas podemos hacer algo bueno por los demás", añadió tía Delia.
Abu Norma sonrió y pensó en lo afortunada que era de tener dos amigas tan maravillosas para disfrutar la vida juntas. Aunque habían salido de joda con el objetivo de divertirse, terminaron aprendiendo una lección valiosa sobre la importancia de ayudar a los demás cuando están en necesidad.
FIN.