El baile solidario en el bosque encantado
En el bosque encantado, donde los árboles susurraban secretos y las flores brillaban con colores mágicos, se celebraba una vez al año el gran baile de los animales.
Era un evento muy esperado por todos los habitantes del bosque, desde el más pequeño insecto hasta el imponente oso. La organización del baile estaba a cargo de la sabia Lechuza, quien se encargaba de enviar las invitaciones a todos los rincones del bosque.
Los preparativos comenzaban semanas antes: los pájaros ensayaban sus cantos, las ardillas practicaban sus acrobacias y los conejos elegían los mejores vestidos para la ocasión. Una semana antes del baile, todos los animales estaban ansiosos y emocionados.
Finalmente, llegó el día tan esperado y el claro en medio del bosque se llenó de luces parpadeantes y música alegre. Los animales llegaron uno a uno, luciendo sus mejores galas y con sonrisas en sus rostros. -¡Qué emoción! -exclamó la liebre mientras daba saltitos de alegría.
-¡Sí! ¡Este es mi evento favorito del año! -respondió el zorro moviendo su cola elegantemente. La música empezó a sonar y todos los animales comenzaron a bailar al ritmo de la melodía.
Las mariposas revoloteaban graciosamente, mientras que los ciervos bailaban con elegancia. La diversión estaba en su punto máximo cuando algo inesperado sucedió: un ruido estruendoso resonó en todo el bosque.
Los animales se detuvieron sorprendidos y vieron cómo un árbol enorme caía justo en medio del claro de baile. El pánico se apoderó de ellos mientras intentaban escapar de la caída inminente del árbol. -¡Ayuda! ¡Estamos atrapados! -gritó desesperada la tortuga.
En ese momento, apareció el oso gigante que con un fuerte rugido logró apartar el árbol y salvar a todos los animales atrapados debajo. Los demás animales lo miraron asombrados por su valentía y rapidez para actuar en medio de la emergencia. -Gracias por salvarnos, querido oso -dijo la Lechuza con gratitud-.
Eres nuestro héroe esta noche. El baile continuó más animado que nunca, pero esta vez con una nueva energía: la solidaridad y valentía demostrada por el oso había unido aún más a los habitantes del bosque encantado.
Al finalizar la noche, todos se despidieron con abrazos cálidos y promesas de cuidarse unos a otros siempre.
Y así terminó otra edición del gran baile de los animales en el bosque encantado, dejando una lección importante en cada corazón: juntos podemos superar cualquier adversidad que se presente en nuestro camino.
FIN.