El Baile Viajero
Había una vez un niño llamado David, que a sus 3 años de edad ya era conocido como el "Rey del Baile".
A David le encantaba moverse al ritmo de la música y siempre sorprendía a todos con sus increíbles pasos de baile. Pero además de su talento para el baile, David tenía otra gran pasión: los carros. Desde muy pequeño, David se sentía fascinado por los carros.
Le encantaba observarlos pasar por la calle y admirar sus diferentes colores y tamaños. Pero lo que más le emocionaba era cuando tenía la oportunidad de viajar en ellos.
Un día, mientras caminaba por el parque con su mamá, David vio un carro rojo brillante estacionado cerca del lago. Se acercó corriendo y exclamó emocionado:"¡Mamá, mira ese carro! Es súper rojo y brilla mucho. ¡Es el Súper Rojo Brilloso!"Su mamá sonrió y le dijo:"Así es, hijo. Ese carro es realmente hermoso.
"David soñaba con tener su propio carro algún día para poder viajar a todas partes bailando y cantando sin parar. Mientras tanto, se divertía imaginando distintas aventuras en cada uno de los carros que veía. Pero un día algo inesperado ocurrió.
La familia de David decidió ir de vacaciones a visitar a sus abuelos que vivían en otro pueblo. Para llegar allí debían tomar un autobús.
Cuando llegaron a la terminal de autobuses, David no pudo evitar su emoción al ver aquel enorme vehículo amarillo estacionado frente a él. "¡Mamá, mira ese carro gigante! Es amarillo como el sol y tiene muchas ventanas. ¡Es el Súper Amarillo Solar!"Su mamá lo tomó de la mano y subieron al autobús.
David se sentó junto a la ventana y observaba emocionado cómo los paisajes iban pasando rápidamente mientras cantaba y bailaba en su asiento. Pero justo cuando pensaba que el viaje no podía ser más emocionante, algo sorprendente sucedió.
El conductor del autobús anunció que debían hacer una parada inesperada debido a un problema mecánico. Todos los pasajeros bajaron del autobús y tuvieron que esperar hasta que llegara otro vehículo para continuar con el viaje.
David estaba un poco triste por tener que dejar atrás al "Súper Amarillo Solar", pero eso pronto cambiaría. Cuando finalmente llegó el nuevo autobús, David no pudo creer lo que veía.
Era un elegante bus de dos pisos, pintado de color azul intenso. "¡Mamá, mira ese carro tan grande! Tiene dos pisos y es azul como el cielo despejado.
¡Es el Súper Azul Cielo!"David subió corriendo las escaleras para poder sentarse en la parte de arriba del bus y tener una vista panorámica del paisaje. A medida que avanzaban por la carretera, David se dejaba llevar por la emoción mientras cantaba sus canciones favoritas. El viaje continuó sin contratiempos hasta llegar finalmente al pueblo donde vivían sus abuelos.
Cuando bajaron del bus, David le dio las gracias al conductor y le dijo:"¡Gracias por el increíble viaje en el Súper Azul Cielo! Me encantó cada minuto. "El conductor sonrió y respondió:"De nada, pequeño amigo.
Me alegra que hayas disfrutado del viaje. "Desde aquel día, David nunca dejó de soñar con los carros y todas las aventuras que podría vivir a bordo de ellos.
Ya fuera un carro rojo brillante, un autobús amarillo o un bus azul de dos pisos, David encontraba la magia en cada uno de ellos. Y así, David siguió bailando, cantando y disfrutando de su amor por los carros mientras crecía.
Siempre recordaría aquellos momentos especiales en los que cada carro se convertía en su propio mundo lleno de música y diversión. Fin.
FIN.