El Ballet de la Naturaleza
Había una vez en un cielo muy lejano, donde el sol, la luna y las estrellas vivían en armonía. Cada día, el sol brillaba con fuerza, iluminando la tierra y llenando de alegría a todos los seres que habitaban allí. Pero, al caer la noche, la luna se levantaba con gracia y las estrellas se encendían como pequeñas linternas en el firmamento.
Un buen día, el sol miró hacia la luna y le dijo:
"¿Sabías que a veces me siento solo cuando luces la noche?"
La luna, sorprendida, respondió:
"Pero querido sol, yo también me siento sola cuando tú brillas. ¿No podríamos encontrar una manera de estar juntos en el día y en la noche?"
Decididos a encontrar una solución, el sol y la luna fueron a ver a su amiga Estrella, que era la más brillante de todas.
"Estrella, estamos buscando una forma de estar juntos. ¿Tienes alguna idea?"
La estrella sonrió y dijo:
"Podemos hacer un baile especial que muestre a todos su luz juntos. ¡Así podrán sentir nuestra unión!"
El sol y la luna estaban entusiasmados con la idea.
"¡Eso suena maravilloso! Pero, ¿cómo hacemos para que todos vean nuestro baile?"
Preguntó el sol.
"Simplemente necesitaremos que todos los habitantes de la Tierra también se unan al baile. Ustedes resplandecerán con ellos en un momento especial", contestó la estrella.
Así fue como comenzaron a planear el maravilloso ballet de la naturaleza. Las flores, los árboles, y hasta los animales se unieron a esta hermosa celebración.
Un día, el sol salió con mayor fuerza, y todas las criaturas del día comenzaron a bailar al ritmo del viento. Al caer la noche, la luna se elevó, y con ella llegaron las estrellas, iluminando el espacio con su elegante luz.
En un rincón del parque, un niño llamado Lucas miraba al cielo.
"¡Mirá, mamá! El sol y la luna parecen bailar juntos, ¡se ven tan felices!" La mamá sonrió y le explicó:
"Así es, cariño. Aunque parezcan lejanos, ellos se sienten unidos siempre. A veces, sólo hay que mirar con el corazón."
La celebración se hizo grandiosa. Cada habitante de la Tierra sentía la energía del sol y la calma de la luna. De repente, la carta del viento llegó y susurró a todos:
"La unión hace la fuerza. Juntos, logran lo que individualmente nunca podrían. ¡Sigan bailando!"
Pero un viento travieso apareció y comenzó a soplar con fuerza, desordenando el ballet. Los animales se asustaron, y la luna perdió un poco de su brillo.
"¡Ayuda, sol!" gritó la luna.
El sol, preocupado, respondió:
"No te preocupes, amiga. Te ayudaré a brillar, sólo mantén tu luz. Juntos podremos superar esto."
El sol decidió concentrarse y, con toda su energía, comenzó a brillar con más fuerza que nunca. La luna, sintiendo su calor, se llenó de valor y volvió a brillar. Juntos, hicieron que el viento se calmará, y el ballet continuó, resplandeciendo más que antes.
Al final de la noche, cuando todo terminó, la luna se acercó al sol.
"Lo logramos. Bailamos juntos por siempre."
El sol sonrió y respondió:
"Sí, y aprendí que aunque a veces no podamos estar juntos, siempre hay formas de sentirnos cerca. "
Desde aquel día, cada vez que brilla el sol, la luna y las estrellas miran hacia la tierra y recuerdan su gran ballet. Y así, en el día y la noche, se sienten unidos, bailando en un eterno recuerdo de amistad.
Y así termina esta historia, pero no sin antes recordar a los pequeños y grandes que todos podemos trabajar juntos, a pesar de las diferencias, para crear algo hermoso.
FIN.