El Baño Valiente
En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza vivía Martín, un niño de 13 años muy alegre y curioso. Sin embargo, había algo que le preocupaba mucho: tenía miedo de ir al baño porque pensaba que lo estaban mirando.
Martín solía pasar horas jugando con sus amigos en el parque del pueblo, pero siempre evitaba ir al baño. Sus amigos se dieron cuenta de su problema y decidieron ayudarlo.
Una tarde soleada, mientras jugaban fútbol en el parque, Lucas se acercó a Martín y le dijo: "Oye Martín, sé que tienes miedo de ir al baño, pero debes saber que no hay nada malo en ello. Todos vamos al baño".
Martín miró a Lucas con curiosidad y preguntó: "¿Pero qué si alguien me está mirando? Eso me asusta mucho". Lucas sonrió y respondió: "Martín, eso es solo una idea en tu cabeza. Nadie te está mirando cuando vas al baño.
Además, todos tenemos derecho a nuestra privacidad". Martín reflexionó sobre las palabras de Lucas y decidió enfrentar su miedo. Al día siguiente, después de la escuela, Martín se encontró con su amiga Valentina y le contó sobre su temor.
Valentina era una niña inteligente y creativa. Ella sugirió una idea brillante para ayudar a Martín a superar su miedo: construirían un baño imaginario donde Martín podría practicar sin sentirse observado. Juntos buscaron materiales en casa para crear el baño imaginario.
Usaron cajas vacías para hacer las paredes e incluso dibujaron un inodoro y un lavamanos en papel para pegarlos dentro. Martín se sintió emocionado al ver cómo su proyecto comenzaba a tomar forma.
Una vez que terminaron, Valentina le dijo a Martín: "Ahora, cierra los ojos e imagina que estás en el baño imaginario. Practica ir al baño como lo harías normalmente". Martín respiró hondo y siguió las instrucciones de Valentina.
Cerró los ojos y se imaginó a sí mismo entrando al baño, cerrando la puerta y haciendo sus necesidades sin preocuparse por nada más. Después de varios intentos en el baño imaginario, Martín comenzó a sentirse más confiado.
Sus amigos le animaban desde afuera diciendo: "¡Lo estás haciendo genial, Martín! ¡Estamos orgullosos de ti!". Un día, mientras jugaban en el parque nuevamente, Martín sintió una urgencia inmediata de usar el baño real. A pesar de su miedo persistente, decidió enfrentarlo.
Se acercó lentamente al baño público del parque y recordó todo lo que había practicado en su baño imaginario. Respiró profundamente y entró con valentía. Para su sorpresa, no había nadie mirándolo ni observándolo fijamente como temía.
Se dio cuenta de que todos estaban ocupados con sus propios asuntos y nadie prestaba atención a lo que él estaba haciendo. Martín salió del baño con una sonrisa enorme en su rostro. Corrió hacia sus amigos emocionado para contarles sobre su gran logro.
Todos celebraron juntos la valentía y determinación de Martín. A partir de ese día, Martín dejó atrás su miedo y se dio cuenta de que no había nada que temer en el baño.
La historia de Martín inspiró a otros niños del pueblo que también tenían miedos irracionales. Juntos, aprendieron a enfrentar sus temores y a confiar en sí mismos.
Desde entonces, Villa Esperanza se convirtió en un lugar donde todos los niños comprendieron la importancia de apoyarse mutuamente y superar cualquier obstáculo que se les presentara. Y así, con valentía y amistad, Martín demostró que los miedos pueden ser superados cuando tienes el apoyo adecuado.
FIN.