El banquete de la niebla



En un bosque encantado llamado Bosque Verde, vivían muchos animales de diferentes tamaños y colores. Había osos perezosos, conejos saltarines, zorros astutos y pájaros cantarines.

Todos los habitantes del bosque se llevaban muy bien y compartían todo lo que tenían. Un día, el oso Bruno decidió organizar un gran banquete para todos los animales del bosque. Quería que fuera una celebración especial donde cada uno pudiera traer su plato favorito para compartir con los demás.

La liebre Luna se ofreció a llevar zanahorias frescas de su huerto, el zorro Lucas prometió traer frutas silvestres y el pájaro Pablo ofreció hacer una deliciosa torta de semillas.

La noticia del banquete corrió como reguero de pólvora por todo el bosque y todos los animales estaban emocionados por la idea de compartir una comida juntos. Sin embargo, cuando llegó el día del banquete, una extraña niebla cubrió el Bosque Verde impidiendo que nadie pudiera ver claramente su camino.

Los animales se miraron preocupados, ¿cómo podrían encontrar la ubicación del banquete en medio de aquella densa niebla? Fue entonces cuando la ardilla Anita tuvo una brillante idea: utilizar sus sentidos agudos para guiarse hasta el lugar donde se celebraría la fiesta.

"¡No se preocupen amigos! Con mi olfato agudo puedo seguir el aroma de las comidas y llevarnos directo al banquete", exclamó Anita con entusiasmo.

Y así fue como, siguiendo el delicado rastro de olores deliciosos que flotaba en el aire, los animales lograron llegar al claro donde Bruno había preparado mesas llenas de manjares exquisitos.

La liebre Luna colocó sus zanahorias frescas en un plato decorado con flores silvestres, el zorro Lucas dispuso cuidadosamente las frutas silvestres en una canasta colorida y el pájaro Pablo presentó su torta de semillas con orgullo. Todos los animales disfrutaron de aquel festín maravilloso compartiendo risas, historias y sabores únicos.

Se dieron cuenta de lo importante que era colaborar y ayudarse mutuamente para superar cualquier obstáculo que se les presentara.

Al finalizar el banquete, entre sonrisas satisfechas y corazones contentos, Bruno propuso hacer del gran festín una tradición anual en honor a la amistad y solidaridad entre todos los habitantes del Bosque Verde. Y así fue como cada año, en medio de risas y alegría, los animales se reunían para celebrar la importancia de la alimentación saludable, la colaboración y la amistad en su querido Bosque Verde.

FIN.

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